«Lorca es un polvorín que puede estallar como en Alcorcón»

Un ex 'latin king' denuncia la «pasividad» de la Delegación del Gobierno para poner freno a estas bandas en la Región

La Verdad, 31-01-2007

Rodeado de los principales líderes de la banda, tuvo que ponerse una pistola en la cabeza y convencerlos de que se pegaría un tiro si no lo dejaban salir de la banda. «Así que te quieres ir. ¿Tú quieres morir? ¿Para qué te vas a ir a la Nación Santa? Allí no te van a respetar, vas a tener que caminar por las calles desprotegido y cada vez que salgas a la calle tendrás que estar mirando siempre parar atrás», le gritaba uno de los jefes. «Eso es lo que tú crees, a mí me protege Jesús», le decía Francisco. «¿Pégate un tiro!», le decía otro de los cabecillas. «¿No, pégamelo tú!», le respondía con lagrimas en los ojos.

Francisco (nombre ficticio) es ecuatoriano tiene 45 años y reside en Murcia. A los 20 ingresó en una banda de su país, los Reyes Latinos o Latin Kings y durante ese tiempo vivió, hermanado con otros como él por quienes daba la vida y con quienes buscaban el respeto a través de la violencia.

Reconoce que en sus veinticinco años de latin king hizo daño y lo único que quería era vivir una vida acomodada, con buenos coches y buenas chicas, todo ello ganado con el sudor de sus puños. «Cuando no se tienen hijos, cuando no se tiene mujer uno está listo para todas las guerras, todas las batallas, todas las peleas».

Pero ésa era otra época. Ahora tiene mujer e hijos. Esa fue realmente la razón para salir de todo aquello. Un equipo de Latidos Urbanos ha podido hablar con este antiguo latin king que pudo salir gracias a la ayuda de miembros de la Nación Santa, una asociación que ayuda a miembros de bandas latinas a abandonar ese mundo.

En el tiempo que lleva en Murcia contempla expectante lo que está ocurriendo en España.«Los jovencitos que están saliendo son imitadores que se están preparando para formar parte de las bandas. La discriminación que muchos sienten ha provocado que se agrupen y se apoyen en sus hermanos para combatir ese rechazo. Otro factor es la falta de atención de los padres, que viven sólo para trabajar y que provoca una falta de cariño. Los resultados son jóvenes desarraigados, que sólo tienen el aprecio de los miembros de su banda. Una de las normas es dar la vida por tu hermano. Por eso aquí, más que, estos chicos son carne de cañón para las bandas», señala el ex latin king.

Sentimiento de odio

Según los expertos, los últimos incidentes de Alcorcón son sólo el botón de muestra de lo que se esconde bajo la piel de unos jóvenes crispados, agrupados en bandas para hacerse respetar. Estos incidentes han provocado un sentimiento de odio entre españoles y latinos, que si no se ataja puede extenderse al resto de España.

«En la Región hay 200 latin kings reconocidos por la Policía, aunque el delegado del Gobierno se niegue decirlo. Lorca es un polvorín y puede llegar a estallar igual que la ciudad madrileña», señala Francisco.

En la capital, el barrio del Carmen «está prácticamente tomado por las bandas, pero nadie quiere admitirlo», asegura. En otras ciudades como Molina de Segura o Fuente Álamo las discotecas son un punto de reunión y el escenario donde después de drogarse y beber, se agrupan para luchar. Aquí nacen los rencores y las venganzas. Los navajazos y las tragedias.

«El problema que tenéis aquí – se lamenta – es la permisividad con la que tratáis a estos chicos. Aquí, los responsables giran la cabeza ante algo evidente que está pasando delante de sus narices. Incluso las bandas han pedido convertirse en una asociación cultural. ¿Cultural!, ¿de qué?. Que cultura aportan o tienen ellos».

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