"El inmigrante que retorna a su país se enfrenta a una nueva crisis de identidad"
Diario de Noticias, 30-01-2007pamplona. Identidad, desarraigo, confusión, pérdida, hogar. Éstas son algunas de las ideas que contiene Ici et Là (Aquí y allí) , la película que Mohamed Ismail (Tetuán, 1951) presentó ayer en Pamplona dentro del ciclo Árabes, islamistas y occidentales que organizan IPES y Aldea. Su intervención, enmarcada bajo el epígrafe Migraciones, identidades y diversidad , giró acerca del difícil retorno de tantos inmigrantes que, un día, decidieron marchar en busca de una vida mejor para sus familias, dejando tras de sí huellas que el tiempo borra e intentando echar raíces en una tierra recelosa que le acoge, pero menos; que le recibe mientras le vigila de reojo.
El director reflexiona sobre estas cuestiones a través de la historia de Rahal Benissa, un marroquí que abandona su hogar a los 20 para años para trabajar en Francia. Al principio, nada le resulta sencillo, se casa con una mujer francesa, pero la relación no funciona, por lo que su nuevo matrimonio con una joven compatriota le hace albergar cierto optimismo. Pronto llegan los hijos y Rahal insiste en educarlos según los preceptos de los ancestros, lo que le genera no pocos problemas en el seno familiar. Pasan los años y, cuando la jubilación se acerca, el protagonista decide organizar un viaje de regreso a casa, ilusionado con la idea de poder perpetuar en su descendencia el modo de vida que cree correcto. Pero el mundo que dejó atrás ya no existe y el que encuentra apenas le reconoce.
“Entonces se pregunta quién es en Marruecos y quién en Francia, y no sabe qué responder”, dice Ismail, atento a un fenómeno creciente, el que experimentan cientos de emigrantes del país magrebí “que no se acabaron de adaptar al país de acogida y que cuando regresan, tampoco son los marroquíes que fueron”. Estas personas se sitúan, entonces, en una suerte de limbo que les convierte en extranjeros en su propia tierra y del que no saben cómo salir. En este sentido, Ici et Là es “un melodrama en el que he intentado introducir muchas de las circunstancias que tienen que vivir los que retornan, a los que muchas veces se les trata como vacas lecheras, con la intención de aprovecharse de ellos y nada más”, dice Ismail. Además, previamente, “vienen de un lugar donde han tenido que enfrentarse a muchos conflictos con la segunda y tercera generación de sus familias, que no pertenecen ya a su mundo”. Sin embargo, la sensación de desarraigo no les pertenece en exclusiva, ya que “sus hijos siguen siendo tratados como inmigrantes cuando son tan europeos como cualquiera”. No en vano, Mohamed Ismail achaca los disturbios que se produjeron en la periferia de París en 2005 a la “crisis de identidad” que sufren esos jóvenes que “no son considerados ciudadanos franceses”. Las nuevas generaciones se enfrentan, así, a un escenario peliagudo, porque, por un lado son considerados forasteros en su tierra natal y, por otro, nunca han vivido en el país de origen de sus mayores. “No saben quiénes son”, lamenta el director, que, en Ici et Là no quiere dar respuestas, sino “señalar con el dedo los problemas que existen para que se preocupen de solucionarlos los políticos y las personas designadas para ello”, cuenta.
La inmigración, “sea de Marruecos o de México”, es para Ismail un tema “universal” que, sin duda, puede y debe atraer la atención de gentes de todo el Planeta.
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