Justícia estudia que haya funcionarios de prisiones de origen inmigrante
El Mundo, 30-01-2007El secretario de Serveis Penitenciaris, Albert Batlle, señala que son clave para la reinserción Con un 37% de población reclusa en Cataluña de origen inmigrante, el Departament de Justícia busca soluciones imaginativas para mejorar las expectativas de rehabilitación del sistema penitenciario. Y entre ellas, brilla con luz propia la de impulsar la incorporación de ciudadanos de origen inmigrante a la plantilla de funcionarios de prisiones.
La iniciativa, que coincide en el tiempo con la propuesta del Departament d’Interior, Joan Saura, de promover el acceso de inmigrantes a los Mossos d’Esquadra, parte de similares planteamientos.«Estamos reflexionando sobre su incorporación por lo que pueden aportar desde su cultura y su experiencia», explicó ayer a EL MUNDO el secretario de Serveis Penitenciaris, Rehabilitació i Justícia Juvenil, Albert Batlle.
El máximo responsable de prisiones del Departament de Justícia, que dirige la consellera Montserrat Tura, reconoció ayer que Justícia tiene «dificultades» con la plantilla actual de funcionarios para dar servicio a las crecientes necesidades del sistema penitenciario, que está «hipermasificado», en palabras de Batlle.
La composición de las cárceles ha variado sustancialmente en los últimos años, y el número de presos, preventivos o penados, de procedencia extranjera ha crecido exponencialmente: según datos de Justícia, en los últimos años han pasado de suponer un 20% del total de población encarcelada a alcanzar el el 37,5%.
Son 3.361 internos, el 40% de los cuales proceden de países del norte de Africa. Sólo en un año, el aumento experimentado de reclusos de origen extranjero en las cárceles catalanas ha sido del 5,18%.
Así las cosas, Batlle apuesta por potenciar el conocimiento de varias lenguas por parte de los funcionarios, para dar fluidez y mejorar la interacción con los presos. Pero no sólo es una cuestión lingüística: también de cultura y de sensibilidad con las diferentes comunidades étnicas que conviven en las prisiones.
2.000 funcionarios más
«El personal que está dedicado a la vigilancia es una pieza clave del sistema, es el primer escalón en el tratamiento a los internos», apunta Batlle, que también recuerda que están en contacto directo con el día a día de los presos, detectan cuándo están deprimidos o cuándo están están especialmente nerviosos y median antes de que se produzcan conflictos. Por todo ello, los funcionarios de prisiones «han de contar con una altísima cualificación», explica el secretario general de Serveis Penitenciaris.
Justícia calcula que la construcción de los nuevos equipamientos penitenciarios, que forman parte del plan de prisiones que tiene por horizonte el año 2010, llevará a la ampliación de la plantilla actual en al menos 2.000 personas.
Por ello, Batlle cuenta con iniciar una verdadera carrera de convocatorias de oposiciones en los próximos meses, para ir satisfaciendo las nuevas necesidades que genere la apertura de centros penitenciarios.De hecho, el primero de los equipamientos que abrirá lo hará previsiblemente este mes de junio: se trata del centro de Brians II, en Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat), con una previsión de plazas para presos de 1.500.
El Departament de Justícia aún no ha articulado la forma como se desarrollaría la captación de candidatos de otras etnias y culturas para ocupar plaza de funcionario de prisiones. El Departament d’Interior, según explicó el secretario de Seguretat Pública, Joan Delort, cuenta con lanzar una campaña para atraer aspirantes a formar parte del cuerpo de los Mossos d’Esquadra entre los colectivos y asociaciones de inmigrantes. La idea que ampara la iniciativa de Interior es lograr que la composición de los Mossos refleje la diversidad cultural de Cataluña, planteamiento que, en esencia, se comparte desde el Departament de Justícia.
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