Alemania combate el negacionismo del iraní Ahmadineyad
La Razón, 28-01-2007Berlín – Los diarios más importantes de Alemania incluían ayer un anuncio
del Consejo Central de los Judíos alemanes titulado «Auschwitz es el mayor
cementerio de la humanidad». En él, se subrayaba la amenaza real que
constituye el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, para Israel. Hasta 70
organizaciones han convocado para hoy una manifestación en Berlín contra
el presidente iraní y sus teorías negacionistas del Holocausto.
La canciller Angela Merkel se refirió al antisemitismo vivo en ciertos
sectores de Alemania: «Deben ser enfrentados con coraje por quienes creen
en la democracia», afirmó. El Gobierno de Merkel ostenta este semestre la
Presidencia de turno de la UE y ya ha anunciado que luchará para que la
negación del genocidio judío sea un delito en los 27 países miembros. La
ONU ya la condenó, el pasado viernes. Sólo se opuso la República Islámica
de Irán.
Pero los iraníes alemanes se movilizaron ayer por
primera vez contra su presidente. «Ahmadineyad no representa la opinión
mayoritaria de los iraníes sobre el Holocausto» era la frase más escuchada
ayer por la mañana en el Monumento a las Víctimas del Genocidio Judío, en
Berlín. Por primera vez desde que en 1996 se oficializara en Alemania el
día del Holocausto, un colectivo de emigrantes persas rendía homenaje a
los seis millones de víctimas del exterminio hebreo bajo el nazismo.
Necesidad
Este año, el Círculo Iraní por el Diálogo de
la capital germana decidió conmemorar el aniversario, la liberación del
campo de Auschwitz (Polonia) en 1945. «Creímos que era necesario, después
de la Conferencia que Ahmadineyad promovió hace unas semanas. Ésta es
nuestra respuesta», explicaba a este periódico Kambiz Behbahani, director
de la mencionada asociación.
A mediados de diciembre se celebró
en Teherán una cumbre negacionista, apadrinada por el régimen islamista,
para poner en tela de juicio la «leyenda del Holocausto». El presidente
iraní, el radical Ahmadineyad – que alcanzó el poder en agosto de 2005 y
sólo tardó dos meses en exigir que Israel fuera «borrado del mapa» – , no ha
escondido nunca su consideración del genocidio judío como un «mito».
Por eso, para buena parte de los 100.000 iraníes emigrados a Alemania, el
27 de enero constituye una fecha especialmente incómoda. Por un lado, como
residentes en el país que aún siente la responsabilidad moral de tan
gigantesco crimen. Por otro, como compatriotas del único líder mundial que
se obstina en contradecir a una legión de supervivientes e historiadores.
Aunque el mercurio no cruzó los 0 grados, la llamada del Círculo por el
Diálogo congregó a medio centenar de personas. Poco antes de las 11:30,
jóvenes estudiantes, adultos, niños y mujeres sin «hiyab» (pañuelo en la
cabeza) esperaban en una de las esquinas del Memorial. La llegada de
Behbahani con una corona de flores acaba con las conversaciones. «Hoy
levantamos la voz por aquellos que en nuestro país no pueden hacerlo»,
susurra un asistente. El profesor Kanani dirige unas palabras: «En mi
infancia, siempre jugaba con niños judíos. No olviden que en Irán reside
una de las comunidades hebreas más antiguas de Oriente Medio».
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