La Policía Nacional y Municipal desplegaron ayer un amplio dispositivo por toda la localidad madrileña de Alcorcón, en especial por el Ayuntamiento, lugar donde el Sindicato de Estudiantes había convocada una manifestación, que no fue autorizada por la Delegación del Gobierno. La concentración, convocada para las 12.00 horas, estuvo rodeada por un cordón policial de medio centenar de agentes.
La policía registró e identificó a los jóvenes que aparecían en las inmediaciones de la plaza del Ayuntamiento, para evitar posibles concentraciones y disturbios. La delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, aseguró que «este fin de semana está absolutamente reforzada la seguridad», y apuntó que están trabajando allí la Unidad de Intervención Policial, la comisaría de Alcorcón, e incluso el Jefe Superior de Policía, que se encontraba ayer también en el municipio.

El dispositivo policial se extendió ayer por todo la localidad, con especial atención en las principales arterias de Alcorcón y en la zona donde se produjo la agresión el pasado sábado, suceso que, a la postre, desembocó en un conflicto.

Pintadas

El barrio de Torres Bellas amaneció, un día mas, con numerosas pintadas con lemas como «No a los latinos» o «Kaza al latino». Además, las canchas de baloncesto, donde se reúne habitualmente un gran número de jóvenes, estaban también protegidas por una docena de policías.

Asimismo, un helicóptero de la Policía Nacional sobrevoló durante toda la jornada la ciudad, a pesar de la nieve y de las fuertes rachas de viento que azotaron la localidad. Mientras, una de las principales calles de Alcorcón, la avenida del alcalde José Aranda, fue regulada por varios agentes. De igual modo, en la estación central de la ciudad, lugar en el que confluyen las líneas de metro y de cercanías, permaneció otro grupo de agentes, pendiente del tránsito de los ciudadanos que llegaban al municipio.

Por su parte, la Asamblea por la Convivencia Pacífica y Contra el Racismo de Alcorcón mantiene para las 18.00 horas de hoy una convocatoria de concentración pacífica y una cacerolada frente a las canchas deportivas del Centro Joven, pese a que no está autorizada por la Delegación del Gobierno en Madrid.