El presidente de la asociación Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, alertó ayer sobre la llegada mañana a Alcorcón «desde puntos muy lejanos de jóvenes que tienen interés en que haya violencia», y aseguró que existen grupos urbanos de jóvenes violentos en muchas ciudades españolas.


Sobre el problema de Alcorcón, el portavoz del PSOE en la Asamblea, Rafael Simancas, afirmó ayer que «lo tiene que resolver el Gobierno de la Comunidad de Madrid», mientras que el portavoz del PP, Antonio Beteta, sostuvo que «quien tiene la obligación de actuar es el ayuntamiento y la Delegación del Gobierno».


Simancas reconoció que existe un problema de «conflictividad de jóvenes con valores y comportamientos reprochables», pero negó que estén proliferando entre la juventud madrileña «bandas mafiosas» o que haya «brotes de xenofobia y racismo».


Por su parte, Beteta sostuvo, en declaraciones en la Asamblea, que en Alcorcón «hay bandas que extorsionan y hay un estallido de un problema que viene desde hace tiempo».


Mientras, más de doscientas asociaciones y entidades sociales de la localidad madrileña de Alcorcón defendieron ayer en un manifiesto que «no hubo un enfrentamiento entre bandas rivales» el pasado fin de semana en el municipio, «sino unas agresiones localizadas».