Arde Mississippi, 43 años después de un crimen del KKK
James Seale irá a la cárcel por apalear y ahogar en el río a dos jóvenes
La Razón, 26-01-2007Washington – «Siempre recé para que se hiciera justicia». Las plegarias de
Thelma, hermana del asesinado Henry Hezekiah Dee, se han cumplido en la
localidad sureña de Roxie, que ha visto cerrarse esta semana uno de los
grandes crímenes sin resolver de la era de los derechos civiles en EE UU.
Han pasado 43 años, pero James Seale, ex miembro del Ku Klux Klan (KKK),
está al fin entre rejas por el asesinato en 1964 de dos jóvenes negros
linchados y arrojados al Mississippi.
Charles Eddie Moore y Henry
Hezekiah Dee, ambos de 19 años, fueron encontrados dos meses más tarde en
avanzado estado de descomposición. Su hallazgo fue una cuestión de amarga
fortuna, ya que se produjo durante la búsqueda de tres activistas de los
derechos civiles cuya desaparición y muerte recibieron muchos más
titulares. La película «Arde Mississippi» cuenta su historia de violencia
y racismo en el «Deep South» (profundo sur).
En esa época,
el presunto asesino de Dee y Moore, hoy con 71 años, era compañero de
correrías racistas de un tal Charles Edwards. Ambos levantaron las
sospechas del FBI y en noviembre de 1964 fueron arrestados. Edwards
admitió que, junto a James Seale, y otros, había apaleado a los chicos,
pero aseguró que estaban vivos cuando los dejaron. Los agentes federales
también se encararon a Seale: «Sabemos que transportó y eliminó los
cadáveres lanzándolos al río». Y el asesino contestó: «Sé que lo saben.
Pero no voy a admitirlo. Tienen que probarlo».
El caso pasó a
las autoridades locales y nunca se presentaron cargos. Según el archivo
del caso, el joven Dee trabajaba en una serrería y Moore acababa de ser
expulsado de la universidad por participar en una manifestación. El KKK
pensó que eran miembros del grupo de supremacía negra Black Muslims
- Musulmanes Negros – y que preparaban una «insurrección». Una tarde les
vieron por la calle y, tras pedir refuerzos, cometieron su crimen.
Obligaron a Dee y a Moore a entrar en un coche y les llevaron al bosque de
Homochitto, donde les ataron a un árbol para lincharles con ramas y
cables. Los asesinos cruzaron la frontera con Louisiana donde, amarrados a
un motor, les lanzaron al río Mississippi.
«Es la primera vez
que lloro en 50 años», ha confesado Thomas, el hermano de Moore, de 63
años, tras conocer el arresto de James Seale. «No le va a devolver su
vida, pero de alguna forma, creo que mi hermano estaría satisfecho». Fue
Thomas quien, al investigar, descubrió que Seale seguía vivo y no muerto,
como aseguraba la familia.
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