Sin vigilancia en El Hierro
El Día, 25-01-2007Leo en su diario que han llegado a la isla de El Hierro unos inmigrantes asiáticos que, como todos los pobres desgraciados que no tienen otro remedio para ganarse la vida que echarse a la mar sin ninguna garantía, merecen como mínimo nuestro respeto y las atenciones humanitarias que generosamente se les vienen otorgando.
Pero esta última llegada es lo suficientemente esperpéntica como para hacernos enrojecer a todos de vergüenza, y en primer lugar quienes tienen la misión de velar por la seguridad de nuestras fronteras. Y es que un pesquero de 40 metros de eslora dotado de instrumentos de navegación, radio, etc., cargado con más de 150 personas se acerca tranquilamente a la isla, atraca en el puerto delante de todos, amarra el barco, cuyo nombre iba pintado a brochazos en la proa, y comienzan a salir sus pasajeros, empiezan a deambular por la isla sin saber seguramente que sus condiciones y dimensiones hacen difícil pasar desapercibido a cualquiera. Pobres desgraciados, que han sido engañados (¿o no?) y que presuntamente esperan viajar a la Península por cortesía de nuestros presupuestos o regresar a su origen previo pago, claro está, del tributo vergonzoso en dinero y especie que es el precio de la sangre que ponen nuestros “amigos” y vecinos gobernantes africanos.
Y nadie se había enterado de su llegada. Ni los radares que nos cuestan miles de millones de euros, ni los patrulleros, ni los submarinos, fragatas, guardacostas, aviones o incluso el pintoresco Frontex, que se alquila por meses también a precio de oro. Nadie se ha enterado. Y si hubieran sido activistas, narcotraficantes, terroristas, o algo por el estilo? Ya se sabe que Canarias es espacio franco, aquí todo vale, incluso si nos cargamos nuestra única fuentes, importante de ingresos, el turismo, que ya empieza a hacerse preguntas, por cierto.
¿No sería mejor volver a los viejos métodos? Arreglar un poco el viejo caserón de vigía de Anaga, poner una patrulla de jinetes en las cuatro puntas de cada isla y encender fogatas? Seguro que tampoco solucionaban nada, pero al menos sería mucho más barato. Con un vigía en Anaga provisto de un catalejo y dos correos en mulas se avisaba de la presencia de piratas en nuestras costas hace menos de dos siglos y ninguno cogió desprevenido a Santa Cruz y muy pocas veces a las poblaciones del resto de islas.
Creo que deberíamos empezar a solicitar de quien corresponda que ponga en valor los medios que pagan los contribuyentes. De no hacerlo, sería mucho más barato y más humanitario la creación de líneas marítimas y aéreas gratuitas con los países emisores. No moriría nadie al menos, que no es poco.
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