MADRID – El ambiente se caldea no sólo entre los ciudadanos de Alcorcón
sino también entre los políticos, que han convertido los sucesos del
pasado fin de semana en esta localidad en el tema de conflicto durante
toda la semana. Mientras el candidato socialista a la Comunidad, Rafael
Simancas, ha criticado la actitud del Partido Popular por «avivar el
fuego, echar más gasolina y no colaborar de forma leal y eficaz con el
Ayuntamiento», el vicepresidente del Ejecutivo regional, Alfredo Prada le
instó a conocer mejor «los problemas reales» de Alcorcón.
   El portavoz del PSOE en la Asamblea se reunió ayer con los alcaldes
socialistas de Alcorcón, Getafe, Leganés, Parla y Pinto y definieron el
sur de la región como «un espacio para la convivencia pacífica en el que
prevalecen los valores de la solidaridad y el civismo entre sus
ciudadanos».
   Simancas quiso mostrar su apoyo al primer edil de
Alcorcón, Enrique Cascallana, y reiteró que «no hay bandas organizadas
latinas ni problemas de racismo y xenofobia, sino un hecho puntual,
localizado y atajado», en referencia a los incidentes surgidos el pasado
fin de entre jóvenes españoles y latinoamericanos.
   Por su
parte, el consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada, instó al
secretario general del PSM a «conocer mejor los problemas reales» de
Alcorcón «hablando con los vecinos» y a hacer de «mediador» con el
ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para que le reciba.
   El vicepresidente segundo de la Comunidad señaló que Simancas «ha procurado
ocultar la realidad» de lo que ocurrió en Alcorcón, cuando lo cierto, a su
juicio, es que «ha habido revueltas callejeras, que hay personas
ingresadas, alguna de ellas graves, y que existen pandillas que están
movilizándose como se movilizaron, no para divertirse sino con fines
delictivos». Lo cierto, dijo, es que el domingo por la mañana «la
presencia policial no pudo evitar que se cometieran los actos delictivos
que se cometieron».