Joan Saura está siendo uno de los consellers con más presencia pública y, afortunadamente para el país y para él, no por incidentes policiales graves. Al contrario de lo que algunos podían imaginar, Saura no solo no parece sentirse incómodo en el papel de conseller de Interior, sino que además ha reencontrado un espacio de impulso y creatividad política que sus responsabilidades como conseller de Relacions Institucionals, asumiendo el impulso del nuevo Estatut, no le ofrecieron.
Uno de los temas que más polvareda han levantado han sido sus declaraciones a EL PERIÓDICO el lunes pasado donde manifestaba la necesidad de que los Mossos incorporarán también a personas procedentes de la inmigración. Esta idea alguien puede interpretarla como un mecanismo de discriminación positiva a favor de un colectivo. Pero por encima de cualquier otra consideración, lo que nadie puede negar es la necesidad de que cualquier cuerpo profesional, y los Mossos son uno muy significativo, disponga de los equipos humanos más competentes para gestionar la realidad social catalana de la forma más eficaz posible. Y es evidente que ningún colectivo profesional que pretenda realizar bien su trabajo (médicos, profesores, policías, funcionarios en general, comerciantes…) puede prescindir de la transformación social que la inmigración ha supuesto para Catalunya.
Incorporar a personas inmigradas a la policía catalana es especialmente una medida que redundará en beneficio de los Mossos y por tanto del servicio público que este cuerpo debe garantizar. Si la policía debe tender a la proximidad en el ejercicio de sus funciones, sus profesionales tienen que conocer la realidad y por tanto responder también a la complejidad de esta realidad. Otra cuestión muy diferente es si de esta medida hay que hacer grandes titulares o banderas o simplemente deben darse las instrucciones para garantizar sus resultados. Sin caer en el secretismo, probablemente lo más sensato sería avanzar sin una gran polémica. Aunque sea para evitar que algunos entren a realizar declaraciones alejadas de cualquier sentido de la realidad haciendo creer que con esta medida se van a abrir las puertas de los Mossos a la infiltración terrorista islámica. Ni los Mossos son unos ineptos que no puedan detectar a delincuentes y terroristas que quieran infiltrarse en el cuerpo, ni todos los inmigrantes son musulmanes, ni todos los musulmanes son potenciales terroristas.
Hacer oposición, como ahora le toca hacer al PP, también conlleva ejercer responsablemente la función pública que la ciudadanía le ha otorgado. Y en el tema de la inmigración sería muy necesario establecer un código de conducta responsable donde simplemente se reafirmara aquella idea de que no todo vale.