El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en España señaló ayer que a los 200 solicitantes de asilo de origen africano en las Islas hay que agregar otros 166 refugiados, que no habían llegado irregularmente y que residían en ellas, procedentes de la antigua Unión Soviética y de Latinoamérica.

EFE, Madrid

Tan sólo 200 de los cerca de 32.000 inmigrantes irregulares que llegaron a Canarias el año pasado solicitaron asilo político, informó ayer el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR) en España, Agni Castro-Pita.

A estos 200 solicitantes hay que agregar otros 166, que pidieron asilo político desde Canarias pero que no habían llegado irregularmente a las Islas, sino que ya residían en ellas y que, en su mayor parte, procedían de la antigua Unión Soviética y de países latinoamericanos, precisó el subdirector general de la Oficina de Asilo del Ministerio del Interior, Julián Prieto.

Todas estas personas tendrán que esperar a que su caso sea resuelto por la Comisión Interministerial, aunque contarán con asistencia jurídica y letrada mientras permanezcan en España hasta que se resuelva su petición.

Al margen de Canarias, durante el año pasado, 5.997 personas pidieron asilo político en España (la mayoría de ellos procedentes de Colombia y Níger), prácticamente el uno por ciento más que en 2005, según Julián Prieto.

De las personas que solicitaron asilo un año antes (en 2005), el Ministerio del Interior ha resuelto favorablemente entre el ocho y el diez por ciento de los casos y ha concedido derecho de asilo a 168 personas, protección subsidiaria a 172 y autorización para residir en nuestro país a otras 16, según datos provisionales del Ministerio del Interior, explicó Prieto.

El subdirector general de la Oficina de Asilo facilitó estos datos a los periodistas, después de participar en la presentación del informe “La situación de los refugiados en el mundo”, elaborado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR).

En la presentación del informe, Agni Castro-Pita explicó que en el mundo hay mas de 25 millones de personas que viven desplazadas de sus países, principalmente porque huyen de guerras o conflictos internos y que, en su mayoría, son mujeres y niños.

Además, el informe pone de manifiesto que el número de refugiados en el mundo está en su nivel más bajo de los últimos 25 años.

Sin embargo, tras los atentados de Nueva York, Madrid y Londres, la mayor parte de los países han aumentado las medidas de seguridad de sus fronteras y han introducido criterios más restrictivos a la llegada de refugiados, lo que ha favorecido el tráfico de personas y la inmigración ilegal.

Aunque el trabajo de ACNUR en todo el mundo es muy importante (atiende a más de 20 millones de personas), el representante de ACNUR advirtió de que los programas humanitarios “no pueden ser la respuesta” de los conflictos, sino que ésta tiene que ser “eminentemente política” porque la acción humanitaria “no puede ni debe sustituirla”. Castro-Pita explicó que lo que puede hacer ACNUR es tener sistemas de alerta y poner en marcha programas de urgencia “en momentos y situaciones puntuales”, pero lo mejor es que políticamente se evite el conflicto y que, además, la decisión se tome “a tiempo”.