La Buena Uva José H. Chela
Maderos coránicos
El Día, 24-01-2007YA NO NOS SORPRENDEN, aunque nos sorprendieron en su día, cuando aparecieron por primera vez en la tele, las imágenes de guardias civiles musulmanes rezando, vueltos hacia La Meca, en las casas cuartel de la Benemérita y cumpliendo con sus ritos y obligaciones impuestos por el Ramadán.
En este país hay libertad de credos. Y un picoleto puede ser tan bueno en su oficio con El Corán en su taquilla como otro colega que guarde en su mesita de noche, no digo ya La Biblia, que no la tiene casi nadie, sino, pongamos pos caso, el rosario de su madre. ¿Por qué no? Ahora resulta que la Confederación Española de Policía que no aglutina a todos los maderos, hay que aclararlo ha expresado oficialmente, presentando un escrito en el Ministerio del Interior, su preocupación por una especie de “avalancha de musulmanes que pretenden ser agentes”. La CEP teme que islamistas radicales accedan al cuerpo tras detectar más de 400 solicitudes de ingreso firmadas por jóvenes de Ceuta y de Melilla. O sea, que se malician una suerte de infiltración masiva de terroristas potenciales, si nos ponemos a hablar en plata, que es como debería hablarse siempre.
Desconozco las tendencias ideológicas de los miembros y dirigentes de la CEP, pero me mosquea que sus pálpitos y sospechas sean unilaterales y no vengan suscritas por otros sindicatos y organizaciones policiales, como el SUP, sin ir más lejos. Quero decir y digo que me huelo un cierto tufillo racista y ultramontano en la denuncia. No todo católico, por el hecho de profesar una determinada fe, está condenado a ser un meapilas, ni todo musulmán, por sus creencias religiosas, ha de ser sospechoso de islamismo radical. Las ofertas de trabajo en los cuerpos de Seguridad del Estado son muy golosas especialmente para los jóvenes de comunidades donde encontrar curro es difícil y complicado, como sucede con las ciudades norteafricanas citadas. Y, además, hay dos cuestiones que deben tenerse en cuenta antes de provocar alarmismos innecesarios. Los solicitantes ceutís y melillenses, ¿son ciudadanos españoles, al margen de sus creencias?… Pues, evidentemente, sí. Y tienen, en virtud de su nacionalidad, el mismo derecho a ingresar en la Policía que cualquier otro aspirante de cualquier provincia o región. La otra cuestión es la ya recordada de que gozamos de libertad de culto. Esa libertad no es teórica: ha de llevarse a la práctica. Son las reglas del juego de una sociedad multicultural, que se dice, y multiconfesional, aunque no se diga tanto. Lo que ocurre es que para acceder a una placa y a una pistola, eso sí, deberían realizarse una serie de tests y unas investigaciones personales de los aspirantes que casi nunca se llevan a cabo. Un loco armado y con uniforme siempre es un peligro. Sea el uniformado musulmán, católico, protestante, presbiteriano o evangelista del séptimo día, oigan.
josechela@mojopi.com
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