SIGUEN LOS PERROS RABIOSOS que están al servicio de Las Palmas en Tenerife amenazando a la gente honrada, dando lanzadas al centro, a diestra y siniestra. Desde un medio de comunicación desesperado por aumentar su insignificante audiencia, creen haber encontrado un filón informativo en acusar a EL DÍA y a su editor de racistas y xenófobos. Pero el espejismo en que han caído y en el que intentan involucrar a otros no sólo no les garantiza ninguna ganancia en el mercado, sino que nos la da a nosotros, porque de lo que se trata, en realidad, es de defender la identidad de una tierra, Canarias, Tenerife, y en eso esta Casa conecta de lleno con la idiosincrasia de este pueblo. Como no sea de rebote y con alguna “charlotada”, no van a conseguir vender ni un ejemplar más. Y quién sabe lo que puede depararles tanta vileza. Pero no diremos más sobre este asunto. No queremos entrar en un terreno que podría beneficiar a esos lacayos de sus amos canariones, entre los que se refugia cierto sujeto con un cargo muy alto y de responsabilidad profesional y moral del que no se oye hablar desde que fue expulsado de nuestra Casa y algunos tontos útiles, enemigos, al parecer, de Tenerife; aunque no duden de que tenemos a punto los argumentos y documentos legales. Así que, por ahora, fin. Nosotros seguiremos con nuestra línea de defensa de Tenerife y de Canarias, de su identidad y bienestar. Y a otra cosa, mariposa.

Una charla con un amigo de esta Casa, que ocupó un alto cargo en la administración insular durante el franquismo y que supo defender a Tenerife enfrentándose a un político de aquel régimen, en algunos aspectos menos nefasto que el actual, donde muchos nos sentimos amenazados y en este juego tienen mucho que ver la ambición de Las Palmas y de su secuaces en Tenerife, nos recordaba hace unos días que ya él tuvo que enfrentarse con la Administración central para abortar un intento de hacer de Las Palmas la capital única del Archipiélago, idea que podrían volver a promover hoy los partidos de ámbito estatal, según reconoce este amigo, a pesar de tener una estrecha vinculación con una de esas formaciones. En fin, confiamos en que eso nunca ocurra y en este punto volvemos a advertir de que ojo con el juego político; no vaya a ocurrir que si los votos o las combinaciones y los pactos propician ese atropello sea el pueblo el que se subleve (¿de qué forma?) para impedirlo, para que la Isla y sus ciudadanos puedan vivir con plenitud de derechos, libres de la bota canariona.

Que no ocurra que, por permisividad, las cosas se deterioren, como, por ejemplo, decía el ministro francés del Interior que está ocurriendo en su país, donde los que llegan de fuera quieren imponer sus códigos de conducta y sus formas de vida. Y aquí enlazamos con el principio de este Comentario: no se trata de racismo ni de rechazo al extranjero, sino de defender, mediante restricciones, los valores occidentales, nuestro modo de vida y la cultura de los canarios, de los tinerfeños, ante el imparable aumento de la inmigración irregular.