Alrededor de un mes tardarán en terminar de instalar en el espigón del muelle de Poniente la valla que se está colocando para evitar el continuo trasiego de inmigrantes irregulares que tratan de acceder a esa zona del recinto portuario para tratar de colarse en barcos de mercancías que los trasladen a la Península. Este problema, persistente durante años, motivó las quejas de los empresarios del sector portuario, hartos ya de tener que hacer frente a la situación que generaban los inmigrantes irregulares, algunos de los cuáles viven al otro lado del muelle de Poniente.

Solucionar el problema – o al menos intentarlo – costará 460.0000 euros. Es el precio que tiene la instalación de una valla que recorra los 1.300 metros de largo del espigón con un altura suficiente (cuatro metros) como para evitar las entradas clandestinas.

El delegado el Gobierno, Jenaro García – Arreciado, acompañado por el presidente de la Autoridad portuaria, José Torrado, el teniente coronel de la Guardia Civil, Carlos Alberto Guitart, y el jefe superior de Policía, José Luis Torres, recorrió ayer el recinto para comprobar sobre el terreno el estado de los trabajos de cerramiento que se están ejecutando en esta zona de acceso restringido. A la cita también acudieron responsables de CC. OO., el sindicato que llegó a trasladar su preocupación por este asunto al ministro del Interior.

Después de esta visita, los asistentes han mantenido una reunión en las instalaciones de la Autoridad Portuaria.

La colocación de la valla fue programada por la institución portuaria con anterioridad. Los trabajos comenzaron a finales de diciembre y se estima que se desarrollarán en un plazo de dos meses, por lo que antes de finales de febrero deberían terminar.