Los graves enfrentamientos ocurridos durante el fin de semana en una localidad de las afueras de Madrid entre grupos de jóvenes españoles y latinoamericanos desató la alarma por el peligro de que desemboquen en un brote de racismo y xenofobia frente a los inmigrantes.

Luego de los incidentes, otro mensaje de texto que circula por Internet y los celulares convoca a otra protesta para el próximo sábado “contra la banda de latinos. Esto es la guerra”, advierte el correo con tinte belicista.

La Policía mantiene un dispositivo de seguridad especial en Alcorcón, una ciudad dormitorio en el cinturón industrial del sur de Madrid, como medida preventiva tras los altercados en los que participaron el domingo unos 600 jóvenes y que terminaron con cuatro heridos (uno de ellos con seis puñaladas en la espalda, permanece grave) y nueve detenidos.

La reyerta tuvo como escenario un parque, en el que bajo lemas como “Latin King, fuera” y “Vamos a matarlos”, se congregaron centenares de jóvenes convocados, también, a través de mensajes enviados por teléfono celular e internet.

Según fuentes policiales de Alcorcón, los participantes eran de distintas nacionalidades, entre otras, ecuatorianos, dominicanos, y colombianos, además de españoles.

Este choque fue el segundo capítulo de una pelea que comenzó el sábado, en la que intervinieron más de medio centenar de jóvenes españoles y latinoamericanos.

El origen estuvo en un pequeño incidente ocurrido el viernes entre tres españoles y tres dominicanos cerca de un centro de ocio.

La tensión entre inmigrantes y españoles en esa localidad madrileña comenzó tiempo atrás, debido a peleas por el uso de las canchas públicas donde los jóvenes practican básquet, fútbol, voleibol y otros deportes. El domingo, cerca de 600 personas se concentraron en el parque de Alcorcón para protestar contra una banda violenta de latinos.

Al comenzar los incidentes, los jóvenes arrojaron piedras, gritaron contra la banda de los Latin Kings, quemaron contenedores de basura y destruyeron una cabina telefónica. Hubo corridas y mientras los agentes antidisturbios reprimían los comercios cerraban.

Los choques y peleas fueron incrementándose hasta que los jóvenes de entre 16 y más de veinte años se agredieron, según la Policía, armados de pistolas, bates de béisbol, catanas (espadas orientales) y navajas.

En tanto, el alcalde del municipio, Enrique Cascallana, negó la existencia de bandas callejeras organizadas y aseguró que sólo fue “una pelea de barrios”.

La delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, se mostró en la misma línea y salió a informar a la prensa local que ninguno de los nueve detenidos sudamericanos (seis de ellos menores) por los agresiones pertenecen a ninguna banda latina ni a grupos extremistas conocidos. Tampoco las cuatro personas que resultaron heridas.

Mestre dijo que no se tiene constancia de la existencia de bandas latinas, como los “Latin King” o “Ñetas”, integradas principalmente por ecuatorianos. La delegada señaló que hasta el momento, las autoridades locales desconocen “a qué se ha debido” la multitudinaria pelea.

La funcionaria admitió que el asunto causa “una enorme preocupación”, sobre todo porque pueda generar “un brote de xenofobia”.

Raúl Jiménez, de la Asociación hispano-ecuatoriana Rumiñahui, dijo que hay que diferenciar lo ocurrido del fenómeno de las bandas latinas.

Lo sucedido se debe en su opinión “a las tensiones de la sociedad frente a las dificultades de integración progresiva” de la inmigración, y recordó que situaciones similares se registraron en otros países europeos, como Francia y Alemania.

También alertó del peligro de que “se intente crear una guerra donde no la hay” y se deje que estos incidentes sean aprovechados “por gente de extrema derecha”, por “grupos que tienen interés en desestabilizar la situación” y crear odio hacia el inmigrante.