LUIS BENVENUTY – BADALONA

“Nos guste o no, la Badalona actual, y mucho más de aquí a diez años, será profundamente plural e intercultural”
Una entidad católica de Badalona dice que es necesario construir una mezquita en la ciudad para garantizar la convivencia y vacunarse contra el integrismo islámico. Así lo explica el cartel que este mes lucirá en la mayoría de las parroquias de Badalona y Sant Adrià de Besòs, redactado por el Equip de Pastoral Obrera de estas localidades, tal como explica el vicario de la parroquia del barrio de la Salut, Isidre Ferreté.

“Nos guste o no – puede leerse-, la Badalona actual, y mucho más de aquí a diez años, será profundamente plural e intercultural, y eso tendrá que reflejarse en la vida cotidiana. Y en una Badalona integradora e integrada deberá ser normal la existencia de oratorios islámicos. Los que vienen deben adaptarse a muchas cosas; nosotros también. Y ganaremos todos”. “Y si hacen falta firmas y campañas a favor, somos muchas entidades e individuos en Badalona que nos volcaremos con convicción”.

Desde hace un lustro, como explicó La Vanguardia el pasado domingo, el Ayuntamiento busca un lugar para la que debería ser la gran mezquita de la ciudad. La oposición vecinal frustró varios proyectos. Y recientemente el PP reunió más de veinte mil firmas “contra la construcción de una mezquita en terrenos públicos”, después de que el Consistorio manifestará su voluntad de calificar como equipamiento religioso un solar en la periferia.

“Los musulmanes no están pidiendo que les construyan gratis una mezquita – dice Ferreté-, sino que les digan dónde la pueden construir. La cuestión se está encaminando hacia un camino político destinado a conseguir votos. La campaña de recogida de firmas es nefasta porque a la larga contribuye a la fractura social. Hay que llegar a algún tipo de acuerdo. Porque los musulmanes ya tenían un local, pero les impidieron abrirlo como mezquita”. La hoja parroquial advierte que “la resistencia a normalizar esta reivindicación” fomenta “los recelos y la coexistencia pacífica. Pacífica, de momento”. Y “facilita el caldo de cultivo a posiciones integristas. En ausencia forzada de mezquitas se justifican más las reuniones clandestinas en casas particulares, con líderes insensatos. La precariedad de algunos de nuestros barrios se presta a que algún iluminado fanatice a la gente que nada tiene que perder y la lleve a la violencia”.