LUIS IZQUIERDO – ALCORCÓN
.- La escalada de violencia aún no ha terminado en Alcorcón. A pesar de las reiteradas llamadas a la calma desde instituciones, asociaciones y partidos políticos, los jóvenes de la localidad comenzaron ayer mismo a preparar lo que esperan que sea un verdadero ajuste de cuentas con los sudamericanos a los que decenas de ellos se enfrentaron el pasado sábado. El saldo de esa reyerta fue de cuatro heridos – uno de ellos, con seis puñaladas en la espalda, sigue en estado grave- y siete detenidos.

Con mensajes de móvil, en foros de internet y por el boca a boca, muchos grupos de adolescentes anticipan que “los latinos se llevarán lo suyo”. La cita es el sábado en las canchas deportivas que hay junto a la avenida Alcalde José Aranda, en una plaza donde desde hace más de un año se reúnen regularmente jóvenes sudamericanos. El mismo lugar donde el domingo se manifestaron cientos de chavales que habían convocado a “los latinos” para un nuevo enfrentamiento.

Varios coches de Policía Local y Nacional vigilaban ayer la zona ante el temor de que los enfrentamientos puedan reproducirse antes.

Ayer incluso corrió el rumor por los institutos de la localidad de que los alumnos sudamericanos acudirían durante el recreo en busca de algunos de los españoles implicados en las peleas del viernes y el sábado por la noche. Los docentes de los institutos tomaron todas las precauciones posibles, como cerrar las puertas de acceso, e incluso algún colegio pidió a los padres que acudieran a buscar a sus hijos.

Mientras tanto, los jóvenes se organizaban y planificaban la nueva batalla que ya ha comenzado a convocarse en la misma plaza, frente al centro de juventud del barrio.

Todavía no habían terminado las clases cuando el alcalde de Alcorcón, el socialista Enrique Cascallana, y la delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, ofrecían sendas ruedas de prensa para negar categóricamente la existencia de bandas organizadas en la localidad. Los dos políticos se refirieron a lo ocurrido como un “problema de convivencia” y trataron de minimizar sus posibles repercusiones. El comisario de Alcorcón, Félix Cortázar, que acompañaba a Mestre, también insistió en que no hubo organización en las peleas y que quienes participaron no pertenecen a bandas ni grupos extremistas.

La delegada explicó que a partir de ahora se deben adoptar todas las medidas necesarias para evitar que se produzca un brote de xenofobia en esta localidad del sur de Madrid de unos 170.000 habitantes.

El PP, por su parte, aprovechó para culpar al Gobierno y denunciar la escasez de agentes en la región y, más concretamente, en Alcorcón. El secretario general del partido, Ángel Acebes, anunció la petición de una comparecencia urgente del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para que explique, entre otros asuntos, lo ocurrido el fin de semana en Alcorcón.