Cuando la pandilla se convierte en mafia
ABC, 23-01-2007POR CARLOS HIDALGO
MADRID. Primero fueron los «latin kings»; luego, los «ñetas»; más tarde, los «Dominican don´t play» (DDP)… Y así hasta un sinfín de grupos y grupúsculos nacidos al calor de una juventud latina que, recién llegada a España, no sabe en muchos casos – en otros, no quiere – encontrar su lugar en la nueva sociedad en la que se ven inmersos.
En todo el territorio nacional son más de un millar los miembros de estos grupos que puede decirse que dejaron de ser pandillas desde el momento en que cometieron su primer asesinato. Ocurrió en Barcelona, en la puerta de un colegio, cuando los «ñetas» confundieron al colombiano de 17 años Ronny Tapias con uno de sus rivales «latin kings».
Corría entonces el año 2003, pero en Madrid, concretamente en la zona de la Sierra, los primeros miembros de bandas latinas comenzaron a asentarse en 2000. Al menos así lo atestiguan los documentos requisados por la Policía y la Guardia Civil. Poco a poco fueron haciéndose más fuertes, tanto en capacidad agresiva como en número, hasta «hacerse un nombre» entre las nuevas modalidades delictivas en España.
¿En qué se diferencia un «latin king» de un «ñeta» o éstos de un «DDP»? Pues, realmente, en bien poco: todos están enfrentados entre sí y no dudan en utilizar la violencia más extrema para «acortar» su territorio. Desde noviembre de 2004, unos y otros han cometido un total de seis homicidios en Madrid.
El rasgo más distintivo, de cualquier modo, es su país de procedencia: las filas de «latins» y «ñetas» suelen estar conformadas por chavales ecuatorianos, mientras que las de los «DDP», como su nombre indica, provienen de la República Dominicana. Aunque se han dado caso de españoles e, incluso, algunos rumanos, detenidos en operaciones contra este tipo de bandas.
Desde el punto de vista jurídico, se han dado varios pasos, algunos de ellos contradictorios: mientras que en Cataluña se han constituido ya en asociaciones culturales, en Madrid son varias las acusaciones – incluso alguna sentencia – que piden penas para sus miembros por asociación ilícita. Esto último se basa en la estructura perfectamente jerarquizada, de corte mafioso, que se desprende de las investigaciones realizadas por los grupos policiales creados para tales efectos.
Precisamente son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad los que han logrado desarticular los núcleos duros de estos tres principales grupos, a cuya sombra se constituyen, de manera a veces anecdótica, otros grupúsculos de trayectoria bastante efímera.
Dado que buena parte de los fundadores y líderes de las bandas están ya cumpliendo condena, las nuevas incorporaciones son, cada vez, de menor edad.
Así lo indicaron las fuentes policiales consultadas que, además, explicaron las razones por las que, desde un primer momento, quedó probado que los organizadores de la batalla campal de este fin de semana en Alcorcón no pertenecen a ninguna banda latina: en primer lugar, porque estos grupos se enfrentan entre sí, no contra españoles.
Además, la «empatía» entre dominicanos y colombianos en un mismo bando, por ejemplo, es algo muy complicado de imaginar. Tampoco actúan en grupos tan numerosos ni se enfrentarían de esa manera a la Policía, pues tienen experiencia en detenciones, concluyeron las mismas fuentes.
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