LOS incidentes registrados en la localidad madrileña de Alcorcón nos dicen que tenemos un problema al que hemos llegado tarde. No creo que los ciudadanos de esta ciudad satélite de Madrid sean racistas. Sí parece, en cambio, que la expresión de cólera, el conato de motín, ha sido el resultado del hartazgo generado por las cotidianas provocaciones de las bandas de “latin kings” y demás pandilleros integrados en las llamadas “maras”.

Se trata de bandas formadas por grupos de jóvenes marginales de origen iberoamericano. Pandilleros que, según dicen los vecinos de los barrios afectados de Alcorcón, se dedican a amedrentar al personal, llegando, incluso, a “tomar” algunos parques para cobrar a los niños que querían jugar en ellos.

Quienes han salido a la calle a enfrentarse con los pandilleros han querido tomarse la justicia por su mano y esta es una acción de todo punto reprochable por ser ajena a las pautas a seguir en un Estado de derecho. Dicho esto, añadiré lo que adelantaba al principio: no me parece que esta reacción tenga como raíz un acto de xenofobia.

Lo que ha fallado en Alcorcón es la prevención. Ha fallado el Ayuntamiento y su Concejalía de Orden Público; ha fallado la Policía Municipal, y, en la parte que le toca, también ha fallado el Ministerio del Interior. Porque a lo que no deberíamos haber llegado es a permitir la implantación de las “maras”, es decir, las bandas de matones cuya actitud pendenciera y actuaciones violentas están en el origen del problema.

Un problema que injustamente puede hacer mella en la buena fama de los miles de inmigrantes iberoamericanos que se ganan las vida honradamente y suelen ser las primeras víctimas de estas bandas. Alcorcón es una ciudad rica rodeado de superficies comerciales que pagan millones y millones en impuestos. Si el Ayuntamiento necesita más policías municipales, que amplíe la plantilla.

Y por lo que se refiere al Ministerio del Interior, sería bueno que el titular del mismo, Pérez Rubalcaba, recordara que España tiene también este tipo de problemas sobre la seguridad relacionados con las diferentes formas de violencia.

Problemas que habría que haber atajado antes de que se convirtieran en portada de los médios de comunicación, como está ocurriendo ahora en Alcorcón.