"La Patria". COLOMBIA: "El recuerdo de los Ausentes"
La discusión sobre el volumen de desplazados, a mi juicio, se ha estancado en los totales acumulados.
Prensa Latinoamericana, 22-01-2007Germán Colmenares, en su libro sobre la Provincia de Tunja en el Nuevo Reino de Granada, da cuenta de una gran Catástrofe Demográfica. Una de sus causas fue la migración forzada de miles de adultos, quienes fueron enviados a trabajar en minas de provincias lejanas. En los pueblos indígenas se generó una disminución dramática en el número de hombres. Para no olvidarlos y poder continuar incluyéndolos en las obligaciones tributarias un oidor de la Corona recomendó contabilizarlos bajo la categoría: “El recuerdo de los Ausentes”
Esta referencia busca contextualizar tres ideas sobre el desplazamiento forzado que hoy vive Colombia. Primero, estamos ante una catástrofe demográfica que hoy afecta, por lo menos a dos millones de personas. Segundo, es muy difícil establecer con exactitud cuándo inició el fenómeno del desplazamiento forzado (¿Se inició en 1964?, ¿En la llamada violencia?, ¿En la guerra de los Mil Días?, o, ¿En la colonia?). Tercero, la contabilización es la primera forma de dar visibilidad al problema y nuestra historia estará incompleta si no se contabilizan todos estos ausentes que hoy, lamentablemente, seguimos generando.
La discusión sobre el volumen de desplazados, a mi juicio, se ha estancado en los totales acumulados. Según Acción Social, quien lleva el registro oficial, estamos hablando de una cifra cercana a los dos millones de personas. CODHES, con una metodología de fuentes contrastadas, estima un volumen de 3,8 millones de colombianos. Los administradores de ambos sistemas hacen esfuerzos que es necesario resaltar pero subsisten problemas.
Entender la evolución de los sistemas de información, sus alcances y cobertura, puede ser una alternativa para avanzar en la discusión. Antes de 1985 no existe ningún registro sistemático, ni público ni privado sobre el fenómeno y por lo tanto ninguna persona que haya sufrido de este flagelo antes de ese año, hace parte de las estadísticas. Es decir, son ausentes sobre los que nadie recuerda nada. Entre 1985 y 1994, se cuenta con un estimativo de fuentes contrastadas de carácter no gubernamental (hoy disponible en CODHES). Para esos años el Gobierno no tiene registro ni contabilización de ningún desplazado.
Entre 1995 y 1997 se inició un registro incipiente en el Ministerio del Interior, construyendo un registro oficial de desplazados, con grandes problemas de cobertura, calidad y sistematización. Para 1998 y 1999 se diseña, prueba y depura el sistema hoy existente. Entre 2000 y 2006 se presenta la etapa de consolidación del registro oficial.
Estos períodos permiten entender parte del origen de las mayores discrepancias. Entre 1985 y 1994, CODHES estima cerca de 720 mil desplazados y el Estado no contabiliza ninguno. Entre 1995 y 1997, el Estado reconoce, en un registro incipiente, la existencia de 18.106 desplazados mientras la ONG estima un total de 527 mil. Para el período 1998 y 1999, el registro oficial contabiliza 67.410, mientras CODHES estima 596 mil. Finalmente, entre 2000 y 2006, los volúmenes totales registrados muestran 1,7 millones de desplazados en el Sur y 1,9 millones en el estimativo de CODHES.
En otras palabras, las grandes discrepancias en el volumen de desplazados se presentan antes del año 2000, básicamente porque el Estado no contabilizó a los desplazados o porque su sistema de registro era incipiente y apenas se estaba desarrollando.
Ninguna política pública estará bien diseñada si la información sobre la población objetivo a ser atendida es incompleta o sesgada. Los números reflejan un drama masivo y por ello es imperativo frenar el desplazamiento, atender y reparar las víctimas y mantener un registro que dé cuenta, hacia el futuro, sobre cómo recordábamos a nuestros ausentes.
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