NACIMIENTO BARCELONA, 1950
FORMACIÓN INGENIERÍA TÉCNICA INDUSTRIAL, ESPECIALIDAD EN QUÍMICA
CARGO ANTERIOR CONSELLER DE RELACIONS INSTITUCIONALS

Su nombramiento causó sorpresas y alguna carcajada maligna. No fueron pocos los que sospecharon que se trataba de un dardo envenenado para colocar al tranquilo Joan Saura en el ojo del huracán al dirigir uno de los departamentos de más trascendencia mediática por la sensibilidad de los temas con los que trabaja. A punto de cumplirse los dos meses desde su nombramiento, él asegura que está encantado. Limita a la mínima expresión sus declaraciones porque no cree que se deba hablar tanto de la policía. Esta es la primera entrevista que concede a un diario desde que asumió la responsabilidad de Interior.

—¿Se ha arrepentido ya de haber aceptado la cartera de Interior?
—Al contrario, cada vez estoy más apasionado. Que la izquierda participe en el reto de elaborar una política de seguridad que asegure los derechos y la libertad de las personas es fascinante.

—¿Y qué se hacía, si no, hasta ahora?
—Sí, se hacía, pero todavía queda mucho por hacer, por ejemplo, en el terreno de acercar la policía a la sociedad. Hay que socializar la seguridad, implicar a todos los sectores, valorar conjuntamente el estado de la cuestión, las estrategias y los riesgos que asumimos.

—¿Usted cree que han de ser los hoteleros, por poner un ejemplo, los que le digan a la policía cómo han de trabajar?
—No, no digo eso, pero sí que se les debe escuchar, a ellos, a los empresarios y a los alcaldes en un mismo espacio común que será el Consejo de Seguridad y dejarles participar en nuestras estrategias.

—La sensación de inseguridad crece, aunque las estadísticas digan lo contrario, y cada vez trascienden delitos más graves. ¿Qué pasa?
—Sufrimos una gran movilidad de la delincuencia. Pero desde el punto de vista de la brutalidad o la gravedad de los delitos, ni mucho menos estamos peor que en otros sitios.

—Sí, pero la gente está angustiada. Cada vez son más los que tienen miedo de dormir en sus casas.
—Decir que la gente está angustiada, dicho así, no es verdad.

—La seguridad privada se ha disparado, hay quienes duermen con puertas blindadas en el dormitorio.
—Han sucedido algunos hechos brutales que crean determinadas alarmas sociales, eso sí. Pero no estoy de acuerdo con esto de que hay una angustia generalizada. Está clarísimo que hechos como el asesinato de Joan Alsina crean una alarma social brutal y lo que tenemos que hacer es dar respuesta a esa alarma.

—¿Cómo se combate la sensación de inseguridad?
—El nivel de cuánta angustia y cuánto miedo tiene la gente lo tendríamos que medir mediante una encuesta para ser más rigurosos. El otro día, un responsable de Interior me decía que si se recuperara El Caso de hace 20 años, con aquellas portadas sanguinarias, el nivel de angustia se dispararía aún más. Con eso no quiero pasar la pelota a los medios de comunicación, pero sí me interesa trasladar que no estamos ante un incremento brutal de la inseguridad. Al contrario, estamos ante un estancamiento de la inseguridad y con nuevos fenómenos para los que estamos buscando respuesta.

—¿Es cierto que los delincuentes prefieren Catalunya?
—No es cierto, no hay ninguna prioridad por Catalunya. Los criminales están actuando en todas partes.

—Pero en numerosas intervenciones telefónicas se han escuchado conversaciones en que unos animaban a otros a venir a España porque sale más barato delinquir.
—Eso es otro tema. No sé si son necesarias las modificaciones legislativas, pero sí que la justicia sea más rápida y que se actúe con más coherencia en los casos.

—Usted ha reconocido un déficit de 700 agentes en los Mossos y, a partir del 2009, habrán nuevas promociones de otros 3.000 agentes para cubrir vacantes. ¿Se ha planteado recurrir a los inmigrantes?
—Sí, lo estamos estudiando. Creo que es absolutamente necesario que en una sociedad como la nuestra, con la complejidad que tiene, haya muchos más mossos inmigrantes.

—Pero han de tener la nacionalidad española.
—Sí claro, se trataría de ir a buscarlos y de facilitarles de alguna manera la entrada, mediante cursillos previos u otras fórmulas que estamos estudiando. El 15 de diciembre pedí un informe sobre cómo incorporar a los Mossos d’Esquadra inmigrantes con nacionalidad española.

—Pero ya hay inmigrantes mossos.
—Sí, pero son muy pocos. Me gustaría que los Mossos d’Esquadra respondieran a la variada composición de la sociedad catalana.

—¿La voluntad de su departamento es que esa incorporación de inmigrantes al cuerpo de Mossos se materialice esta legislatura?
—Sí, sí, por supuesto.

—El 1 de marzo, Joan Unió abandona los Mossos d’Esquadra y dejará de ser Major. ¿Quién lo sustituirá?
—No les puedo contestar.