Tenían bien poco, pero ahora ya no les queda nada. Un grupo de inmigrantes ha denunciado que el pasado miércoles fueron desalojados de malas maneras de una barraca que ocupaban en Torroella de Fluvià (Alt Empordà). Los sin papeles aseguran que el propietario de la parcela quemó sus pertenencias en presencia del alcalde de la localidad. “Nos ordenaron amontonar colchones, mantas, ropa, comida y las bicicletas, y el dueño del terreno las roció con gasolina y les prendió fuego”, explicó ayer uno de los afectados.
El alcalde de Torroella, Pere Moradell (PSC), negó las acusaciones y dijo que no estaba presente el día del incendio. Aún así, aseguró que el fuego había sido cosa de los propios sin papeles, “que pedían dinero por abandonar el lugar”.
D. S. nació hace 39 años en Malí y es uno de los desalojados. Hace un año llegó en cayuco a Canarias. Fue trasladado a Girona y luego viajó a Torroella, donde subsistía trabajando en el campo. D. S. se había instalado con un grupo de compatriotas y otros inmigrantes de Senegal en la barraca destinada a usos agrícolas.
Meses atrás, casi un centenar de inmigrantes se amontonaban en esta pequeña construcción, que carece de los servicios básicos. El miércoles solo quedaban siete de ellos, a quienes los vecinos dan comida y ropa. En los últimos meses los propietarios del terreno les habían instado a desalojar el local en reiteradas ocasiones. Aunque los dueños habían denunciado el caso, los Mossos todavía no habían recibido ninguna orden judicial de desalojo.
Tras la destrucción de las pertenencias, los propietarios del solar colocaron una puerta en la barraca para que los sin papeles no volvieran.