«Ahora sí que hay una guerra»

Unos trescientos adolescentes recorrieron Alcorcón al grito de «Latin

La Razón, 22-01-2007

madrid – Hacía tiempo que se mantenía la discusión sobre los índices de
delincuencia en la localidad madrileña de Alcorcón. El PP avisaba de que
subían alarmantemente, mientras que el Ayuntamiento, del PSOE, se escudaba
en los datos estadísticos. Desde ayer las cosas están bastante claras.
Para mal. El sábado por la noche, una turba de unos cincuenta jóvenes le
dio la razón a los populares. Batalla campal entre españoles y
suramericanos en pleno centro y navajazos por doquier. Tres heridos – dos
españoles, uno de ellos, de 27 años, muy grave y un colombiano – y siete
detenidos de distintos paises del cono sur. O lo que el Ayuntamiento, por
boca del director de Seguridad, José García Archidona calificó como «algo
puntual».
   Algo puntual que en la tarde de ayer se repitió,
cuando una masa de jóvenes españoles – algunos tan sólo de quince años y
muchos de ellos con la cara tapada con bufandas y pasamontañas para no ser
reconocidos – se reunió en el parque de las Comunidades, en la avenida
Alcalde José Aranda, donde habitualmente alternan los «Latin King». Eran
entre 200 y 500 según diversas estimaciones. Y su intención era clara:
«Ojo por ojo». «Quieren conquistar Alcorcón, y eso no puede ser», decía
Andrea, de 15 años, «se creen los reyes del mundo». Sus compañeros
jaleaban las palabras con todo tipo de gritos: «Latin King fuera», «¡Vamos
a por ellos, vamos a matarlos!».
   «Sólo quieren molestar»
   Vero, de 19 años, y más moderada que sus vecinos que no cesaron de realizar
comentarios xenófobos, explicó: «hay muchos latinoamericanos que vienen a
ganarse la vida honradamente pero éstos sólo quieren molestar. Nos llaman
racistas pero no lo somos. Ellos siempre utilizan esa excusa. A la mierda
la banda de los «Latin King», que nos dejen en paz».
   Cerca de ellas dos amigas discutían acaloradamente: «Sí quieres que nos
lleven a comisaría dilo ya y dejamos de hacer el tonto», le espetaba una
de ellas a la otra, más rebelde, que pretendía salir a la «caza» de los
amigos de los agresores de la calle Luna. Los ánimos entre los jovenes
alcorconeros estaban más que exaltados.
   Sin embargo, de los
«Latin» ni rastro. Quizá la convocatoria – llevada a cabo por mensajes de
móvil e internet con textos como «A las seis todo Alcorcón en las canchas,
donde el centro joven. Gente del barrio está muriendo y Alcorcón unido
jamás será vencido. Pásalo» – había llegado también a sus oidos y habían
decidido que el orgullo latino, mejor para otro día.
   Lo que
siguió fue una manifestación a la carrera de la masa de jóvenes,
recorriendo el centro de la ciudad en busca de una víctima propiciatoria
durante la que lanzaron objetos como un mechero y un vaso de cristal
contra los agentes antidisturbios y contra los medios de comunicación,
además de provocar daños a una cabina telefónica y varias papeleras.
Detrás, la Policía, que tuvo que realizar varios amagos de carga y
disparar pelotas de goma para dispersarlos. Tres furgones de
antidisturbios, y al menos seis patrullas entre nacionales y locales
fueron necesarias para conseguir, tras una hora larga, que los exaltados
se dispersasen de manera definitiva. Durante ese tiempo, el mismo centro
de la localidad fue escenario de esta «caza del latin», ante el asombro y
el miedo de los tranquilos viandantes que debían salir despaboridos cuando
la marabunta de chavales se les presentaba frente a las narices. Al menos
dos chicos fueron detenidos por desorden público durante la concentración.
   
   La próxima batalla
   Finalmente la marcha se disolvió justo frente la fachada del edificio
dónde vive uno de los detenidos, en la calle Sierra Peñalara, pero no sin
las preceptivas advertencias: «Hoy no va a pasar nada, por que hay
demasiada Policía, pero hay más días», comentó Marcos, de 16 años. «Pero
ahora van a tener a todo Alcorcón en su contra. A partir de hoy si se
puede decir que hay una guerra entre ellos y nosotros», concluyó.
   Lo cierto es que la reyerta del sábado ya parecía ser en si misma un ajuste
de cuentas. Tras ella se detuvo a siete sospechosos, si bien de distintos
países y todos muy jóvenes. Inmediatamente se señaló a los «Latin King»,
pero fuentes oficiales se apresuraron a negar que existieran tales grupos
en la zona. La Policía, sin embargo, sospechaba de la existencia de un
enfrentamiento previo como origen de los actuales altercados.
   Ataque
por la espalda
   Uno de los hospitalizados se encuentra en estado
grave con seis puñaladas en las espalda por las que ya fue operado y al
cierre de esta edición permanecía en Cuidados Intensivos. Lo cierto es que
sus graves heridas no apuntan a un ataque demasiado noble: nada menos que
seis puñaladas por la espalda. Ayer las navajas también salieron a
relucir, pero esta vez porque la Policía incautó varias a unos chavales
que se dirigían en coche a la peculiar «reunión».
   Lo más alarmante es que la violencia ha sobrepasado ya sus propios
guetos. Si malo era que zonas como el polígono de ocio de Polvoranca
registrasen constantes reyertas, peor, mucho peor, es que cualquier
esquina pueda ser ya el campo de batalla. Y que la juventud decida dictar
por su cuenta la ley.
   

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