Europa se amasa desde Navarra

Diario de Noticias, 22-01-2007

En la actualidad, son cerca de 5.000 búlgaros y rumanos los que residen en Navarra, y ambos juntos representan a cerca del 8% de la población extranjera establecida en la Comunidad Foral. En Aoiz, en cambio, son muchos menos – dos – pero estos hermanos procedentes de Rumania: Cadmiel y Dionisio Gal, de 28 y 27 años respectivamente, han logrado hacerse su propio hueco en esta localidad navarra. Ellos llegaron hace siete años, y desde hace seis regentan una panadería en Aoiz.

Como muchos otros extranjeros, estos jóvenes se desplazaron a Navarra, sin papeles, pero con la intención de encontrar un trabajo y una vida mejor que la que tenían en su país. Aunque, no sin antes, enfrentarse a la burocracia y las trabas para lograr el ansiado permiso de residencia. “Los papeles dificultan mucho la integración en un país totalmente nuevo”, explica Dionisio. Sin embargo, hoy la situación a la que se enfrentaron ellos en su momento, será diferente para aquellos rumanos y búlgaros que se desplacen a cualquier país de Europa. La razón es que desde el 1 de enero han pasado a convertirse en ciudadanos comunitarios. Ellos se beneficiarán de nuevas facilidades en el mercado laboral gracias a la entrada de sus países de origen en la Unión Europea.

Según explicó Eduardo Jiménez, director de la Fundación Anafe – Cite de CCOO, “hasta ahora, un trabajador de Bulgaria o Rumania debía tener una oferta de empleo dentro de una ocupación del Catálogo de Difícil Cobertura, que agrupa a las ofertas que más veces se repiten en el INEM y que no se pueden cubrir”. “A partir de ahora, tendrán vía libre para acceder a cualquier trabajo. Se les facilitan más las cosas”, añadió.

la dificultad de los inicios “Para nosotros, supongo que como para los demás inmigrantes, el principio es lo más difícil porque no teníamos papeles, era complicadísimo encontrar trabajo. La gente es más desconfiada cuando se encuentran con alguien en situación irregular”, explica Dionisio Gal. Además de las trabas burocráticas “acostumbrarse al idioma y a las costumbres de un país diferente al nuestro tampoco es sencillo”, señala el joven.

Sin embargo, para estos hermanos residentes en Aoiz la situación es ya muy diferente desde hace unos años. “Cuando consigues los papeles, el asunto cambia. Nosotros hemos conseguido adaptarnos muy bien a la vida aquí, nunca hemos tenido ningún problema con nadie”, expresa Gal. Los hermanos trabajaban como panaderos en su país, así que cuando por contacto de un amigo llegaron a Aoiz de visita, “nos gustó tanto la zona que decidimos arriesgar y comenzar con una panadería también aquí. En este oficio contábamos con la experiencia de haber trabajado en ello, por lo que fue una gran ayuda”, indica.

la nuevas condiciones Sin embargo, debido a la reciente apertura de la Unión Europea a estos nuevos vecinos, todavía se desconoce cómo se va a regular su acceso al permiso de residencia y de trabajo. “No sabemos cuáles van a ser los requisitos, cuáles van a ser los formularios ni los documentos que se les van a solicitar”, explica Eduardo Jiménez. “Una vez considerados europeos, creo que será mucho más fácil para el país – Rumania – y la gente de allá poder circular con más facilidad”, asegura Dionisio.

“Nostros conseguimos ya los papeles, eso te da una libertad que merecen también nuestros compatriotas, ya que hasta ahora no la han tenido”, señala Gal. “La nueva ley nos parece un buena idea”, aunque para ellos ya la vida en la Unión forma parte de su rutina. “Hoy sólo nos planteamos la mejora de nuestra vida aquí. Tenemos planes de ampliar la panadería y de establecer más servicios dentro de la misma”, comenta Dionisio. Para ellos, desde hace siete años Europa se amasa desde Navarra.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)