"El Tiempo". COLOMBIA: "Barack Hussein Obama busca convertirse en el primer presidente negro de E.U."
Prensa Latinoamericana, 21-01-2007Tiene gran carisma y se le considera un fenómeno de la política. La pregunta es si sus compatriotas están preparados para un mandatario de la minoría afroamericana y con nombre similar a Ben Laden.
Su candidatura a la nominación del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del 2008 estaba cantada desde el 2006.
Sin embargo, cuando Obama anunció esta semana una comisión exploratoria con miras a estos comicios (paso previo a un lanzamiento formal), provocó un verdadero maremoto.
Primera página en todos los periódicos del país y editoriales como el de The Washington Post o el de The New York Times que hablaron del renacimiento del Partido Demócrata, de un poderoso viento que refresca el acartonado mundo de Washington.
Y no es para menos. Obama, actual senador por Illinois, es un político joven (45 años), carismático hasta la médula, poseedor de una prosa arrolladora que acompaña con ideas progresistas y de un perfil multiétnico y cultural que lo alejan del montón.
“Es un candidato muy singular, de esos que solo surgen una vez en toda una generación”, dice el representante Arthur Davis, unos de sus más fieles seguidores. Obama, para comenzar, es afroamericano y por lo tanto el primer candidato negro y miembro de una minoría con opciones reales de convertirse en presidente de E.U.
Su padre es un inmigrante de Kenia; su madre, la hija de un granjero blanco de Kansas, pleno corazón del Partido Republicano. Nació en Hawai pero pasó la mayor parte de su infancia en Indonesia.
Desde muy joven demostró que estaba marcado para grande. Fue el primer afroamericano en convertirse en presidente del Harvard Law Review, prestigiosa publicación de esta universidad donde estudió derecho. A los 34 años ya era senador de Illinois. Ocho años después, senador nacional por el mismo estado, cargo al que llegó con casi el 80 por ciento de los votos.
Opositor de cualquier guerra
Lleva dos libros escritos. El último, La audacia de la esperanza: ideas para recuperar el sueño americano, está en la lista de best sellers desde cuando fue publicado en octubre del año pasado.
Es un virulento opositor a la guerra en Irak o a cualquier otra guerra pero se para en el centro en temas como el aborto. Más llamativo aún, no se ha dejado encasillar en el perfil de afroamericano que lucha contra el racismo y la segregación racial (causas que suelen definir a los políticos negros en E.U.) sino como defensor de las minorías y los más necesitados.
Aunque su ascenso ha sido meteórico, se convirtió en el consentido del Partido Demócrata tras un inspirado discurso que pronunció en el 2004 durante el acto de nominación del ex candidato presidencial John Kerry, en Boston.
“No hay un E.U. negro y un E.U. blanco, y un E.U. latino, y un E.U. asiático. Somos un solo pueblo, todos jurando lealtad a las barras y las estrellas, todos defendiendo a los Estados Unidos de América”, declaró ante la multitud.
Ese día, Obama hizo a muchos desear que fuera él y no Kerry quien disputara la presidencia con George W. Bush.
Carne y huesos
“La candidatura de Obama es atractiva pues pone lo que no tuvieron ni el vicepresidente Al Gore (2000) ni Kerry (2004): carne y huesos”, dice Thomas Mann, del Brookings Institute.
El camino para Obama, no obstante, es todavía largo y peligroso. Primero, porque tiene en frente a la ex primera dama y senadora Hillary Rodham Clinton, que por el momento lidera las encuestas.
Hillary se sumó ayer también a la carrera presidencial y probablemente desatará similares emociones a las que han seguido a Obama.
No en vano es ya una figura nacional y la primera mujer en la historia de E.U. que le coquetea con verdaderas posibilidades a la Oficina Oval.
Tras ella hay todo un ramillete de posibles aspirantes. Entre ellos Gore, que renació tras su documental, La verdad incómoda, sobre los riesgos del calentamiento global.
Obama, además, tiene atributos que podrían convertirse en lastres. Su juventud y los pocos años que lleva jugando en las ‘ligas mayores’ (solo dos como senador) serán llamados “inexperiencia” por detractores y rivales. A esto se suma el que confesó haber consumido cocaína en su adolescencia.
También su nombre y el color de su piel. “¿Está listo E.U. para elegir a un presidente de color, con nombre y apellido árabe y que suena a Osama Ben Laden? Eso está por verse”, dice Mann.
Y aunque suene ofensivo, es una verdad de a puño. Hace poco CNN, durante un especial sobre este líder terrorista, puso el rótulo “Dónde está Obama”, una confusión que le valió una gran excusa.
En todo caso, el anuncio de Obama ha dado inicio a la carrera por la nominación del partido y la Casa Blanca. Una carrera que promete ser todo, menos aburrida.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON
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