El cadáver de Francisco Javier Domínguez Rivera, mexicano asesinado el pasado 13 de enero en la frontera de México con Douglas, Arizona, fue repatriado y la madrugada de este domingo arribó al lugar que fue su domicilio los pasados 10 años: la colonia Iztaccíhuatl de esta ciudad.

Los restos de Domínguez Rivera, originario de Puebla pero avecindado en Morelos, fueron traídos en un avión comercial que aterrizó en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México por su padre, Renato Domínguez, quien rechazó que los gobiernos federal o de ambos estados tomaran el control del traslado hacia Morelos, pues dijo que querían organizar una caravana hasta esta localidad.

Tras cumplir con los trámites, Renato Domínguez recibió el cuerpo del joven, de 22 años, que fue trasladado hasta su domicilio en el oriente de Cuautla. En el lugar estaba la madre del joven, quien se desmayó al ver los restos. Estuvieron además familiares, amigos y vecinos.

Se espera que este domingo, a las 10:30, los restos de Francisco Domínguez Rivera sean inhumados en el panteón municipal, dado el tiempo que ha pasado entre su muerte y su llegada a esta comunidad.

Jorge Eulalio y René, hermanos de la víctima, no fueron repatriados, dado que la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos los considera testigos de cargo en el proceso contra el agente de la Policía Fronteriza que asesinó a Francisco Javier.

El 13 de enero, siete migrantes mexicanos fueron sometidos por la Policía Fronteriza en Douglas, Arizona. Uno de los detenidos, el migrante Francisco Javier Domínguez Rivera, fue asesinado de un balazo por uno de los agentes que participaba en la redada.