«En la medida en que participemos, nos tendrán en cuenta los políticos»
Diario de Navarra, 21-01-2007«En la medida en que participemos, nos tendrán en cuenta los políticos»
Manuel Guamán Guerra, ecuatoriano de 38 años, vive en Pamplona desde hace unos meses. Es presidente de la Federación de Asociaciones de Extranjeros en Navarra Casa de las Culturas.
Reside en Navarra desde hace siete años. Nacionalizado desde hace tres, puede votar, ya como español, por primera vez en unos comicios forales y municipales. Considera que es «crucial» que los extranjeros estén presentes en las votaciones de mayo. «Nuestro voto es nuestra voz, y en la medida que nos oigan, nos tendrán en cuenta los políticos», subraya.
– ¿Qué le parece tener ahora ese derecho?
– Como nacionalizado, es un derecho y una obligación. Somos nuevos vecinos de esta sociedad. Tenemos la suerte de estar en una democracia madura y plural, en la que creo que es muy positivo que participemos todos los nacionalizados y todos los ciudadanos de la Unión Europea.
– ¿Piensa votar?
– Sí, lo tengo muy claro.
– ¿Está apuntado como votante?
– Sí.
– ¿Le gustaría presentarse?
– No lo sé. Hace meses, cuando vivía en Orkoien, pensaba presentarme, pero ahora en Pamplona, no lo tengo muy claro. De todos modos, animo a todos los extranjeros que tengan intención, a que se presenten como candidatos. Creo que podemos aportar un valor añadido a esta sociedad, de conocer más puntos de vista. Más, ahora que se habla tanto de multiculturalismo.
– ¿Habrá eslóganes electorales adaptados para inmigrantes ?
– Parece que los políticos tienen miedo a dirigirse a los inmigrantes . Hace un mes la inmigración era, según el CIS, el asunto que más preocupaba a los españoles.
– ¿El derecho a votar genera diferencias entre extranjeros?
– Sí. Da la sensación de que ahora hay inmigrantes de primera (los que votamos) y de segunda (los que no votan). Eso creo que no es bueno. Todos los residentes deberían poder votar tras un tiempo determinado de residencia. Contribuimos con nuestro trabajo, impuestos, hijos y vida asociativa y cultural a esta sociedad, y es lógico que también podamos participar en la elección de quienes van a administrar el bien común. Todos los ciudadanos deberíamos tener los mismos derechos y obligaciones.
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