‘Aguaviva’ es un documental que analiza la integración de un grupo de inmigrantes que llegan a este pueblo para trabajar. Ariadna Pujol, su directora, ganó con ‘Aguaviva’ el premio del público al mejor documental en la pasada edición del Festival de Cine de Málaga.



¿Cuáles son los orígenes de ‘Aguaviva’?

La película se gestó a lo largo de tres años y medio.Uno de los productores tenía un amigo en el pueblo de Aguaviva y me contó lo que allí estaba sucediendo: inmigrantes que iban a instalarse a cambio de trabajo y alojamiento.

¿Qué significó el máster creativo de la Universidad Pompeu i Frabra?

Prácticamente, todo. Yo había realizado un corto documental también sobre un pueblo que desapareció por la instalación de un pantano y gracias al máster pude desarrollar el proyecto de ‘Aguaviva’. Salvaguardó totalmente la libertad creativa.

¿Cómo se compagina la industria y la creatividad?

Hay muchos factores que no puedes controlar, esto genera cierta tensión con la producción. Pero creo que la producción está acostumbrándose a las pautas del documental. Es un tipo de cine que necesita tiempo.

¿Cómo definió a los personajes?

A través del paso del tiempo. Es algo que tenía claro desde el principio. Así podía verse mejor la evolución de los personajes.

¿Qué supuso el Festival de Cine de Málaga en su carrera?

Fue importantísimo. ‘Aguaviva’ es una película pequeña. Pero son tres años de mi vida. Supuso un impulso cara a los espectadores y a la propia industria. Es un festival muy participativo, su encanto es que está situado en pleno Centro.

¿Y qué tal ves el panorama audiovisual en España?

Creo que al documental lo tratan como el hermanito pobre. En Cataluña fueron pioneros en el documental para TV y eso familiarizó mucho al público televisivo con este género.



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