Agentes de la Guardia Civil de Almería y Murcia llevaron a cabo en la noche del jueves una importante operación policial, denominada Ojuelos, en la localidad de Archena, que se ha saldado con la liberación de un menor magrebí de 14 años. El chico había sido secuestrado en Almería y trasladado hasta la localidad murciana donde, oculto en un habitáculo anexo a un locutorio telefónico,esperaba a ser liberado una vez que su familiares pagaran el rescate exigido por sus secuestradores.

Las investigaciones se iniciaron el pasado lunes, cuando un menor magrebí de 14 años de edad, que se encontraba internado en un centro de acogida de la provincia de Almería, fue abordado por dos desconocidos. Éstos lo introdujeron por la fuerza en una furgoneta y huyeron.

Una vez en Archena, los delincuentes encerraron al chico en una habitación colindante con un locutorio telefónico, propiedad de uno de los miembros de la banda. Después, los captores se pusieron en contacto con los únicos familiares del menor en España, y les exigieron como rescate unos pocos miles de euros.

Alertada la Guardia Civil de estos hechos, se puso en marcha un amplio dispositivo policial, «en el que no se escatiman medios humanos ni técnicos», según fuentes del Cuerpo, y se consiguió situar inequívocamente el lugar de ocultación del menor unas pocas horas después del secuestro.

Una vez planeada la intervención policial, ésta se ejecutó conjuntamente por agentes especializados de la Guardia Civil de Almería y Murcia, con el apoyo de la Policía Local de Archena.

La Operación Ojuelos se materializó con la entrada en el locutorio de forma rápida y fulgurante. «Primamos la seguridad del menor secuestrado», señalaron las mismas fuentes, que añadieron que «en cinco minutos había liberado al niño, detenido a todos los integrantes de la banda e intervenido el vehículo con el que pretendían trasladar al chico para entregarlo a cambio del rescate».

Este tipo de secuestros exprés, cuyo modus operandi ha sido importado de Sudamérica y el norte de África, se caracteriza por la elección de una víctima propicia, en este caso un niño inmigrante internado en un centro de acogida, para exigir a continuación un rescate no muy cuantioso a cambio de su liberación.

Estos secuestradores se bastan para sus fines con disponer de una infraestructura mínima, como un vehículo y un zulo o escondite. Además actúan con gran rapidez para evitar la acción policial e incluso la propia denuncia de los perjudicados, ya que éstos suelen ser inmigrantes en situación irregular, a los que amenazan y atemorizan para evitar que denuncien.

Este modo de actuación les permite actuar de forma clandestina y estructurar una auténtica red de trafico de seres humanos. Los inmigrantes que son víctimas de estos delitos, preferentemente menores, ven de esta forma cómo se añade a su desgarradora experiencia personal, el sufrimiento de un secuestro y la exigencia del pago de un rescate a unos familiares que no disponen de esos miles de euros.

Los cinco detenidos en esta intervención policial, que fue adelantada ayer por La Verdad, son cuatro ciudadanos de origen magrebí y una mujer suramericana, que es la propietaria del locutorio. Los cinco sospechosos permanecían ayer en las dependencias de la Comandancia de Murcia, a la espera de ser puestos a disposición del juzgado de guardia de Molina de Segura. Después quedarán a disposición de un juzgado de Almería, que fue donde se inició la investigación.