¿Hay que ponerle collar a la extrema derecha?

La Razón, 20-01-2007

De: gsuarez@larazon.es
   Asunto: Tonto del pueblo. 17 Ene. 15:33 h.
   La mayor virtud de un político es quedarse calladito cuando la ocasión lo
requiere. Es lo que me viene a la cabeza tras la formación del primer
grupo de extrema derecha en el Parlamento Europeo y la propuesta
socialista de formar un «cordón sanitario» para «marginar políticamente» a
la cuadrilla ultra. Pero, ¿no resultaría más adecuado que los
eurodiputados se encogieran de hombros y aguardaran a que esta panda de
matones se enlode en la indignidad de sus propias ideas? La manera más
fácil de identificar al tonto del pueblo es ponerle un megáfono en las
manos.
   
   De: jgomez@larazon.es
   Asunto: Re: Tonto del pueblo. 18 Ene. 12:56 h.
   No
te pongo ni una pega. En Francia, parchearon la ley electoral en 1988 para
dejar al Frente Nacional sin diputados. Desde entonces, la ultraderecha no
ha hecho más que crecer, abrigada en su discurso victimista. Donde no
quedan ni las migajas de estos «vende crecepelos» nacionalistas es en las
alcaldías donde gobernaron, como Toulon o Vitrolles. Izquierda y derecha
deben combatir las demagógicas melodías de estos flautistas de Hamelin y
comprometerse a no vender su alma al diablo xenófobo por un puñado de
votos, como hizo el canciller austriaco Schussel al pactar con el ultra
alpino Jorg Haider. Pero no excluir de las instituciones a un partido al
que vota uno de cada cinco franceses.
   
   De:
gsuarez@larazon.es
   Asunto: Bailarina facha. 18 Ene, 16:23 h.
   En la lucha contra la ultraderecha, este tipo de atajos suelen ser
contraproducentes. Hace unas semanas, un periódico reveló que una
bailarina del English National Ballet milita en el BNP, un partido de
claros tintes racistas. De inmediato, los grupos antifascistas montaron un
piquete a la puerta del teatro para exigir el despido de la joven. Ninguno
de sus activistas captó la más mínima contradicción entre manifestarse
contra el fascismo y, a la vez, pedir la inmolación de una bailarina por
apoyar a una formación política que, por muy repugnantes que resulten sus
ideas, sigue siendo legal. ¿Te imaginas el resultado? La ultraderecha
británica ha convertido a su nueva recluta en un símbolo de la libertad de
expresión.
   
   De: jgomez@larazon.es
   Asunto: Re: Bailarina facha. 18 Ene, 17:19 h.
   Si el
pobre Voltaire levantase la cabeza, nos recordaría que una democracia que
recorta derechos, aunque sea en nombre de nobles causas, es una democracia
débil. Si nuestra bailarina ha hecho declaraciones racistas, que la
denuncien. Si se ha negado a danzar con alguien de otra raza, que la
echen. Si su único crimen es apoyar al esperpento del BNP, bastante tiene
ella con votar a un partido que opina que el rock pervierte a la juventud.
Y habrá que arremangarse para defender que vote como le parezca sin dejar
de hacer piruetas en el English Ballet. La libertad de pensamiento pierde
su sentido si no ampara las opiniones que nos estomagan. Incluso las de Le
Pen con tutú.
   
   De: gsuarez@larazon.es
   Asunto: Nieta de Mussolini. 19 Ene, 10:37 h.
   Entiendo
que la estampa de la nieta de Mussolini clamando contra los homosexuales
en Estrasburgo espante a más de uno. Pero sólo debe existir un límite para
las libertades: la ley. Que le pregunten a Gollnisch, el presidente de los
ultraderechistas europeos, condenado en Francia por negar el Holocausto.
El virus de la ultraderecha parece programado para autodestruirse: como
buenos xenófobos, acabarán detestándose, unos a otros. ¿Te imaginas una
alianza entre Le Pen y un diputado rumano? En cuanto las cámaras dejen de
enfocarles, comenzarán las puñaladas traperas. Quizás peque de optimista,
pero te lanzo una apuesta: antes de que acabe el año, más de uno se habrá
largado del grupo dando un portazo.
   
   De:
jgomez@larazon.es
   Asunto: Re: Nieta de Mussolini. 19 Ene, 13:54 h.
   Es lo que tiene ser pocos, autoritarios y llevar la purga y la porra en los
genes. A mí no me gustaría compartir mesa y mantel con semejante galería
de los horrores, pero un «cordón sanitario» para aislar a esta panda del
funcionamiento de la Cámara me sigue pareciendo un grave error, como ha
recordado el diputado verde Daniel Cohn – Bendit. El portazo se lo tienen
que dar los ciudadanos en las próximas elecciones. Que Europa cree empleo
y bienestar, y no quedarán más que cuatro ultraderechistas afónicos.
   

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)