El nivel de preparación dobla al de la mayoría de países occidentales El nivel de preparación dobla al de la mayoría de países occidentales

Trabajadores inmigrantes en unas obras de construcción de viviendas.Foto: n.g.

Donostia. Gipuzkoa es uno de los territorios del Estado que acoge a una inmigración mejor formada y cualificada, pero cuatro de cada diez extranjeros que trabajan lo hacen en ocupaciones que están por debajo de su nivel profesional, según se desprende de los datos recogidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).

No es exagerado afirmar que la inmigración está cambiando radicalmente el panorama del mercado de trabajo, como dibujan las cifras de la Encuesta de Población Activa, un escenario en el que la nueva mano de obra comienza a reclamar oportunidades, consciente de que la población autóctona se enfrenta al mismo problema.

El nivel de sobrecualificación de la inmigración que arriba a Euskadi, al igual que la del conjunto estatal, no sólo es el más elevado sino que dobla al de la mayoría de países occidentales, como Alemania o Austria.

Esta mano de obra reciente proviene del proceso de normalización extraordinaria de trabajadores extranjeros de 2005, que estuvo basado, a diferencia de acuerdos precedentes, en la existencia de un compromiso de contratación laboral, que logró no sólo la regularización de la residencia sino también la del empleo – y la cotización – de más de 500.000 personas en todo el Estado.

El detalle por ramas de actividad de la composición sectorial muestra el efecto sobre el crecimiento del empleo inducido por la rápida incorporación de estas personas de nacionalidad extranjera. Y tienen en la CAV una especialización productiva bien distinta: más del 54% de los varones extranjeros trabaja en la construcción o la hostelería, frente a menos de un 30% de ciudadanos autóctonos. Del mismo modo, más del 56% de las mujeres extranjeras trabaja en hogares que emplean personal doméstico y en hostelería, cuya suma apenas alcanza el 12% del empleo entre las féminas estatales.

ganas de trabajar En Gipuzkoa, de los 8.856 extranjeros que había en 2001 se ha pasado a los 24.516 de 2006, lo que ha triplicado el número en cinco años. Los técnicos observan que el inmigrante que recala en Gipuzkoa lo hace con la intención de encontrar un empleo y no convertirse en receptor pasivo de ayudas. La mayor parte trabaja en el sector servicios, que es el que más extranjeros absorbe, con 11.000 personas.

En este apartado destacan, al igual que en el conjunto de la CAV, la hostelería y el servicio doméstico, un nicho laboral monopolizado casi en exclusiva por mujeres suramericanas. A los servicios le sigue el sector de la construcción (3.273 contratos) y la industria (1.909).

El documento de los empresarios de la OCDE considera al respecto que “se está desaprovechando capital humano tanto nacional como inmigrante al ocupar a sus trabajadores en puestos que requieren menos formación de la que ellos tienen”.

El presidente del Consejo Económico y Social, Antxon Lafont, va más allá calificando de “inquietantes” algunos de los datos de la memoria de 2005 que recoge este organismo y que viene a demostrar que el crecimiento económico de Euskadi no va acompañado del mismo ritmo de crecimiento social. “Uno de ellos es el elevado nivel de precariedad económica en los inmigrantes”, apunta. La memoria del CES subraya que los principales factores que van a condicionar el futuro son "la gestión de la inmigración, la I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación) y la formación. Lafont ve preocupante que en Europa no se haya encontrado una respuesta razonable a la gestión de la inmigración, un hecho que está creando problemas locales. La memoria recoge datos del Eustat para apuntar que a los 72.767 inmigrantes empadronados deben sumarse otros tantos en situación irregular, “con lo que la cifra real de Euskadi asciende a 140.000, el 6,8% de la población vasca”.