«Cristianos y musulmanes rezan, al fin y al cabo, al mismo Dios»
ABC, 18-01-2007POR ANTONIO ASTORGA
FOTO JAIME GARCÍA
MADRID. Casa Árabe se ha hecho «okupa» de la «city» madrileña, en un quinto piso de un moderno edificio de la calle Príncipe de Vergara, a la espera de su sede definitiva en las Escuelas Aguirre del Retiro. «Casa Árabe es una institución de carácter muy español – explica su directora, Gema Martín Muñoz – . Nace como un instrumento de diplomacia pública, como referencia para dar a conocer la realidad de esas sociedades que tiene luces y sombras».
- Musulmanes de Córdoba planean una réplica de la Mezquita. ¿Hay que aprovechar la ciudad califal en relación con los árabes?
- Esas cuestiones se tienen que llevar a cabo en un marco sereno, de diálogo y reflexión, y no crispación. Soy más partidaria de no llevar a los medios esta cuestión porque favorece ciertos personalismos. Lo mejor es abrir espacios de mediación desde los que se profundice en el conocimiento mutuo, y llegaremos a la conclusión más evidente: al fin y al cabo tanto cristianos como musulmanes están rezando al mismo Dios. La clave no está en la Mezquita de Córdoba, que tiene demasiada carga simbólica. Hay una realidad más importante que es la de los ciudadanos musulmanes en España que aspiran a nuevos lugares de culto. Lo de la Mezquita de Córdoba es empezar la casa por el tejado, y no favorece la dinámica pedagógico – tranquila.
- ¿Hay islamofobia occidental?
- Hay índices que nos indican que se está recreando mucho una imagen y una opinión social muy reactiva contra los musulmanes. Sentimientos de miedo, de amenaza, de sospecha, que generan situaciones de discriminación y de racismo. Porque de manera inevitable Oriente Medio está tan en la centralidad mediática – conflictos, situaciones extremas… – que lo que se le transmite es exactamente lo que más hay de negativo, de radical, de extremo, de amenazante. Inevitablemente eso va generando un sentimiento de alejamiento que se plasma luego en discriminaciones. Como ocurre con la xenofobia, lo fundamental es luchar contra la ignorancia. No se puede pelear contra los prejuicios o estereotipos sin aportar conocimiento real.
- ¿La ejecución de Sadam Hussein aumentará esa islamofobia?
- Esa imagen tendrá más repercusiones allí. Se ha perdido una ocasión modélica para demostrar una imagen positiva de la comunidad internacional organizando un juicio realmente justo, con un tribunal internacional y una cadena perpetua por todos los crímenes. Independientemente de lo repugnante que sea el ser humano condenado, la dignidad y el Estado de Derecho tienen que ser preservados.
- ¿La situación en Oriente Medio es pura cuestión de humanismo?
- Lo que es muy preocupante es el sufrimiento sistemático que padecen los ciudadanos. El número de muertos civiles que se acumulan en los conflictos palestino, libanés, iraquí… es insoportable; no puede ser digerido por las opiniones públicas árabes e islámicas. Y se alimenta el rencor, el sentimiento de que sus muertos son al por mayor y que no hay una homologación en el valor de las víctimas. Hay un sentimiento creciente de desposesión, una base importante para las raíces del odio. El iraquí, cada día que pasa, lo celebra como un día más que ganó.
- ¿Qué solución atisba usted?
- Aquella que pasa por la deso – cupación. Hay que resolver la cuestión palestina teniendo como referente las fronteras de 1967, sin retrasar más tiempo la creación de un Estado palestino territorialmente completo y soberano. Lejos de respuestas militares, hay que dar el protagonismo a la política, la diplomacia y la ley internacional.
- Bush sí tiene su «solución»: 20.000 soldados más al polvorín.
- Hay que poner fin a las ocupaciones militares, porque la situación en Oriente Medio está bajo un grave riesgo de guerra generalizada. No hay que olvidar que quien paga directamente la deslocalización de esos conflictos es Europa: refugiados, problemas humanitarios, subidas del petróleo y del gas…
Gema Martín Muñoz
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