"La Prensa Gráfica". EL SALVADOR: "200 centroamericanos mueren por año en México"

Informe del Partido Revolucionario Institucional de México revela violaciones a derechos humanos de los inmigrantes.

Prensa Latinoamericana, 17-01-2007

De acuerdo con un estudio elaborado por el Grupo de Trabajo de Migración de la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados de México, 25,000 centroamericanos ingresan por la frontera sur de ese país cada mes, y de ellos, unos 200 centroamericanos mueren cada año al intentar llegar a Estados Unidos, mientras que más de un centenar quedan inválidos al caer de trenes o en persecuciones policíacas.

Según el documento del partido opositor, la Ley General de Población trata a los inmigrantes indocumentados como criminales y les da un trato peor que el que se otorga a los emigrantes mexicanos en Estados Unidos.

El diputado Edmundo Ramírez Martínez detalló que un informe del Gobierno de El Salvador revela que entre 1997 y 2005 unos 50,000 centroamericanos salieron hacia EUA y nunca llegaron a su destino. Sin embargo, reportes de organismos no gubernamentales y de gobiernos de Centroamérica revelan que esa cifra podría superar los 450, ya que hay cientos de desaparecidos al año.

“Esa es la cifra negra de indocumentados que se perdieron en el camino, algunos de ellos se quedaron a vivir en México y otros murieron”, dijo Ramírez.

“Nos hemos convertido en la más severa coladera, hacemos el trabajo sucio a Estados Unidos y damos un trato inhumano a los centroamericanos”, lamentó el diputado Ramírez.

Un camino peligroso
El tránsito como indocumentados a través de territorio mexicano es sumamente peligroso para los indocumentados centroamericanos en camino a EUA.
La mayoría intenta el paso por tierra desde Guatemala, pero los controles de la Policía mexicana empujan a muchos a cruzar el río Suchiate, que sirve de frontera natural entre ambos países. Al cruzar ese río, los centroamericanos se convierten en indocumentados, al cruzar sin visa hacia México.

Los que logran cruzar la frontera sin ser detectados y viajan por su cuenta, tienen que iniciar el camino de más de 3,000 kilómetros hacia la frontera con Estados Unidos. La mayoría lo hace abordo de trenes de carga que viajan desde Chiapas hasta los estados fronterizos del norte de México.

En el camino, los indocumentados sortean los peligros de bandas criminales y, según frecuentes denuncias, de las mismas autoridades, que acechan los caminos y las vías férreas para despojarlos de dinero y pertenencias. Muchos caen del tren en marcha y sufren amputaciones de brazos y piernas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)