«Marruecos empuja al saharaui a la patera, lo lleva de la mano»
ABC, 17-01-2007POR ERENA CALVO
FOTO ALEJANDRO QUEVEDOO
LAS PALMAS. La coordinadora de la Misión de Observación en el Sahara Occidental del Consejo General de la Abogacía Española lleva muchos años trabajando para que el conflicto del Sahara no quede en saco roto. Recuerda que la raíz del conflicto está en el gran Magreb que reclama Marruecos junto con Mauritania, el sur de Argelia, Ceuta, Melilla y Canarias. El trabajo que realiza desde 2002 ha sido galardonado por el Instituto de Derechos Humanos de la International Bar Association. Es la primera abogada española que recibe este galardón y se muestra orgullosa porque supone el reconocimiento de la cruda situación que vive el Sahara.
- Marruecos ha pedido que los saharauis que lleguen a Canarias en patera no se consideren presos políticos…
- Sí, pero no se pueden considerar como marroquíes porque ellos son españoles, hijos de españoles, y Marruecos no tiene la soberanía. Es un Territorio No Autónomo en proceso de descolonización, no son nacionales marroquíes, y la Justicia no puede tratarles como tal.
- ¿Hay un vacío legal?
- Sí que lo hay, porque no pueden volver como marroquíes, ni en otro concepto. No tienen patria donde mandarlos. Y por lo que yo he visto en algunas resoluciones no es lo que España está cumpliendo; no ahora pero sí hace dos o tres años.
- ¿Sufren represalias tras su repatriación?
- Por supuesto, ellos son más represaliados incluso que los marroquíes a su vuelta. Los activistas nos cuentan que son torturados. Les ofrecen como salida irse del Territorio. El día de los Derechos Humanos, en El Aaiún, había una concentración convocada por los activistas pro derechos humanos y dieron los pasos establecidos por la legislación marroquí. No tenían ningún problema en principio, pero cargaron contra ellos. Uno de los chicos, de 19 años, fue detenido y llevado a comisaría, donde fue torturado. Una de las cosas que le propusieron fue que se convirtiera en agente marroquí. Se negó. La segunda propuesta fue darle lo necesario para partir a Canarias.
- Los empujan a la patera…
- Sí, los llevan de la mano, por lo que ellos cuentan. El tema se frenó este año con la salida de cayucos del África subsahariana, pero otra vez volvemos a ver cómo parten del Sáhara, sólo con saharauis, como las barquillas que naufragaron hace poco. En una venían 32 y se salvaron tres, que estuvieron en el hospital de El Aaiún y con los que nadie ha conseguido hablar. En otra patera viajaban 28 y no se sabe nada.
- Entonces, les seducen para que se lancen al mar…
- Claro. Según explican, les venden que en las Islas vivirán mejor y cuando llegan se dan cuenta de que su situación es como la de cualquier otro inmigrante. Además, no quieren dejar su territorio. Lo que quieren es decidir si son saharauis o si se integran en Marruecos.
- ¿Hay miedo en la población?
- No. La gente ya no tiene ningún miedo. Ni madres, ni hermanos, ni hijos, ni mayores ni pequeños, no tienen miedo. Y no lo tienen a pesar de los dos muros que les rodean, el físico y el informativo.
- ¿Hay mucho silencio?
- Hay muchos casos que no se conocen de niños que entran en prisión y les violan, o de asaltos a viviendas; pero ellos no se encierran, dan la cara.
- ¿Es un conflicto olvidado?
- Mientras haya una persona que sufra me negaré a pensar que es un conflicto olvidado.
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