Alrededor de 180 mil bolivianos emigran anualmente en busca de trabajo y otros 100 mil cambian de región en el propio país, señala un estudio sobre migraciones en Bolivia difundido hoy.

Las condiciones de pobreza, la falta de trabajo, los bajos precios de los productos agrícolas y la falta de perspectivas, sobre todo para los jóvenes, son algunas de las causas que motivan el desplazamiento de grupos, no sólo en Bolivia sino en el mundo.

Aldo Pascualoto, especialista en migraciones, explicó que uno de los problemas que afecta a la población de América Latina es el tema migratorio, por lo que es importante que los países avancen hacia lo que se ha venido a llamar la ciudadanía sudamericana.

Pascualoto dijo que los gobiernos deben preocuparse en serio por resolver las causas del problema, pues el modelo neoliberal ha reducido las fuentes de trabajo, ha concentrado los capitales y ha llevado a un empobrecimiento de nuestros pueblos.

La migración es un derecho humano que está signado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se basa en el principio de que ninguna persona pierde sus derechos ciudadanos así esté fuera de las fronteras donde nació.

En la propia Bolivia, bajo el discurso autonomista, algunos dirigentes regionales de derecha han señalado que se deben establecer mecanismos de control y restricción para el ingreso a sus departamentos, de ciudadanos de origen aymará o quechua.

Una postura muy clara que se observa en algunas partes es la condena, la criminalización de las migraciones. Se quiere criminalizar al migrante como si estuviera cometiendo un delito, dijo Pascualoto, tras denunciar las políticas de militarización de las fronteras, de levantamiento de murallas y barreras.

Con respecto al muro que levanta Estados Unidos, Pascualoto señaló que ése es el muro de la hipocresía. Estados Unidos tiene la Estatua de la Libertad, pero es donde existe menos. ‘Es país donde más se viola y se atropella los derechos de las personas’.

‘Si los capitales y los poderosos circulan libremente por los países’, dijo el experto, ‘¿por qué no también los pobres del mundo pueden circular libremente para buscar trabajo y mejores condiciones de vida?’

Pero no sólo se trata de exigir el respeto de los derechos de los migrantes, sino de que se den cambios estructurales, profundos, para que la gente no sólo tenga el derecho a emigrar sino el de quedarse y vivir dignamente, planteó el especialista.