En su discurso Correa definió a la emigración ecuatoriana como “el mayor costo del fracaso del modelo neoliberal y la consiguiente destrucción de empleo”.

Destacó el papel que han desempeñado los ecuatorianos residentes en el exterior que “son quienes han mantenido viva la economía a través del envío de remesas, mientras los privilegiados despachan el dinero hacia el exterior”.

Lo más grave de la situación, dijo, es que los emigrantes no tienen representación política en el país. “Esta situación inadmisible se empezará a corregir desde la próxima asamblea nacional constituyente donde habrá tres asambleístas por parte de los hermanos migrantes”. Informó que se creará la
Secretaría Nacional del Migrante con rango de ministerio “para velar por el bienestar de nuestros hermanos en el extranjero y sus familias en la nación”.