Europa Press. CIUDAD DEL VATICANO
El Papa Benedicto XVI instó ayer a los inmigrantes a respetar los valores sociales de sus nuevos países y, a la vez, señaló la necesidad de desarrollar “acciones legislativas, jurídicas y sociales para facilitar su integración” y reiteró que la inmigración no debería ser vista sólo como un problema.

“Sólo el respeto por la dignidad humana de todos los inmigrantes y el reconocimiento por parte de ellos de los valores de las sociedades que los acogen, pueden hacer posible una integración apropiada de las familias en los sistemas sociales, económicos y políticos donde viven”, dijo el Pontífice, dirigiéndose a los peregrinos en la plaza San Pedro con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado.

“Reconozcamos en especial las dificultades de las familias que emigran: la incomodidad, la humillación”, agregó. Así, lamentó las condiciones “nefastas” que con frecuencia soportan refugiados, exiliados y desamparados. “En consecuencia, es importante proteger a los inmigrantes y sus familias a través de las leyes, servicios y centros de asistencia”, señaló. Añadió que “Jesús, María y José son un ejemplo y consuelo” para las familias inmigrantes .

“Espero que pronto haya un equilibrio en la forma en que se manejan los flujos migratorios y de la movilidad humana, para que los beneficios puedan alcanzar a toda la familia humana, comenzando con medidas concretas que favorezcan la emigración legal y la reunión de las familias”, agregó. El Papa señaló que “la realidad de la inmigración no debería ser considerada sólo como un problema, sino también y sobre todo como una gran fuente del camino a la humanidad”.