El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, garantizó ayer en Las Palmas que, en el plazo máximo de dos meses, un total de 500 menores inmigrantes que había llegado a las islas no acompañados y que se encuentran actualmente en Canarias serán trasladados a la Península ante la saturación existente en los centros de acogida de las islas, aunque advirtió de la necesidad de contar, para ello, con la autorización de las comunidades autónomas, competentes en esta materia. Así respondió Caldera a las palabras del presidente del Ejecutivo canario, Adán Martín, quien se quejó de que el ministro prometiera dicho traslado en septiembre y, meses después, no haya cumplido con su compromiso, lo que el Gobierno canario tachó de «fracaso estatal». / EUROPA PRESS