La avalancha de bolivianos se duplica con 25.000 llegadas en diciembre
Las agencias de viajes reactivan la vieja ruta alternativa vía Amsterdam
La Razón, 14-01-2007MADRID – El tiempo se acaba. La «valla» fronteriza que supone para los
bolivianos que Europa exija a partir del 1 de abril la obligatoriedad del
visado para entrar en países de la UE ha servido como revulsivo para que
más compatriotas se animen a cruzar el charco y prueben fortuna en España.
Si en octubre pasado ya se hablaba de «avalancha» por la llegada a través
del aeropuerto de Barajas de 15.000 bolivianos al mes, la dimensión del
fenómeno ha aumentado hasta casi duplicarse. Fuentes policiales alertaron
de que el número de llegadas que se registró en el mes de diciembre fue de
unos 25.000 bolivianos. «Ha aumentado el flujo y no se ha incrementado el
número de efectivos policiales dedicados al control», dijeron las mismas
fuentes.
La Policía también ha detectado que la alta demanda ha
recuperado una vieja ruta de entrada vía Amsterdam para acceder a España.
«Las mismas agencias de viajes que se instalaron en Colombia y Ecuador los
meses previos a que entrase en vigor la exigencia de visado a ciudadanos
de estos países, ahora están implantadas en Bolivia aprovechando el tirón
de la demanda, cuando ya quedan poco más de dos meses para que entre en
vigor el veto que cortará casi de raíz las llegadas masivas. Ellas son las
que venden los billetes para Amsterdam».
Desde que se conoció
que la UE y España tenían previsto exigir visa a los bolivianos, han
aumentado de tal manera las solicitudes de pasaportes y de vuelos a Madrid
que Aerosur se planteó incrementar de tres a seis sus viajes semanales a
Madrid. No obstante, es ya la que más pasajeros traslada a España: 1.200 a
la semana, según un informe de la Comisaría General de Extranjería que
recoge estas estimaciones.
El planteamiento lo hizo el pasado
septiembre, pero un portavoz de Aerosur informó a LA RAZÓN de que ese
incremento del traslado de pasajeros no se ha producido, aunque la
compañía informa en su página web del aumento de vuelos desde Paraguay a
Madrid, otro de los países de los que España recibe un fuerte flujo de
inmigración irregular que también está entrando de forma intensa y
persistente.
Pero no solamente la Policía, también las asociaciones
que trabajan con bolivianos en su acogida e integración, como Acobe, se
han percatado del incremento desorbitado de llegadas desde que se conoció
el día 1 de diciembre pasado la fecha en que se impondría la exigencia de
visado. La asociación se ha visto obligada a limitar el acceso a los
cursos de integración laboral que organiza todos los jueves para los
bolivianos que llevan menos de dos meses en España. Las 60 plazas de las
que disponen están cubiertas.
Mari Luz Valdivia, portavoz de
Acobe, explicó que ya desde agosto pasado, mes en que la vicepresidenta
del Gobierno informó en su viaje a Bolivia de que se iba a exigir visado,
no han parado de recibir correos electrónicos solicitando información de
bolivianos sobre la fecha de imposición de la medida restrictiva. Y, una
vez hecho público que sería el 1 de abril, las consultas se centran en
cómo llegar a España con las mayores garantías para no ser rechazado en
los controles policiales. Acobe aconseja a los bolivianos que quieren
venir a España que, además de cumplir con el requisito de disponer de un
billete de ida y vuelta, vengan con una carta de invitación firmada ante
notario.
Los bolivianos son los únicos ciudadanos de los cuatro
países que componen la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú) a los que actualmente no se les exige visado. La nueva
obligación promovida, entre otros, por Francia y por España, se basa en la
fuerte presión migratoria que están ejerciendo. Los inmigrantes del país
andino entran como turistas y sólo se les exige el pasaporte, un billete
de vuelta, 300 euros (el mínimo para tres meses de estancia) que les
prestan las mafias con intereses si no cumplen los plazos de pago
establecidos, y responder a preguntas sencillas de los agentes policiales
como, por ejemplo, «¿dónde se aloja usted?».
(Puede haber caducado)