"El futuro del alumno inmigrante pasa por un único modelo lingüístico en euskera"
Diario de noticias de Gipuzkoa, 14-01-2007“El futuro del alumno inmigrante pasa por un único modelo lingüístico en euskera”
Félix Etxeberria.Foto: iker azurmendi
jorge napal
Donostia. Desde la década de los 90 preocupa a este profesor de Filosofía y Ciencia de la Educación la docencia intercultural, en torno a la cual ha organizado infinidad de congresos y seminarios. Su interés se redobla en el contexto actual, toda vez que se ha considerado caduco el actual sistema de modelos lingüísticos y se trabaja para consensuar una nueva propuesta de reforma.
¿Se va a decir adiós definitivamente a los modelos A, B y D?
No estoy tan seguro de ello. Por lo que oigo, tengo mis dudas de que la modificación que se plantea vaya a ser muy profunda.
¿En cuál de las propuestas encaja el alumno inmigrante?
Soy partidario de eliminar los modelos y crear un sistema parecido al que se aplica en Catalunya, es decir, enseñar aquí en euskera como lo hacen allí en catalán. La investigación de los últimos veinte años indica claramente que en los modelos A y B no se aprende suficiente euskera. La investigación más relevante en este sentido la realizó el propio Gobierno Vasco el año pasado.
¿Entiende que haya gente que tilde su posicionamiento de radical?
Soy consciente de ello, de hecho hay varios argumentos que chocan contra lo que planteo. Desde septiembre he participado en infinidad de foros y seminarios sobre modelos lingüísticos y he de confesar que los argumentos que he recogido no los veo de mucha consistencia.
Una de las cuatro propuestas que se baraja pasa porque cada centro, en función de su propia realidad sociolingüística, cree su propio modelo. ¿No sería la opción más ajustada a cada situación?
En la práctica, eso significaría seguir con el mismo sistema de modelos que hasta ahora. Se debería conjugar esa libertad con el mantenimiento de un único sistema. Es decir, que cada colegio maneje sus propios plazos o etapas para llegar a adaptarse con flexibilidad al objetivo último que es aprender euskera. Entiendo que haya centros privados o con profesorado erdaldun que no van a poder lograr este objetivo para el año que viene. Por eso cada centro debe establecer sus plazos en los que pueda hacerse efectiva la instauración del modelo único.
¿Cree que, en función de la elección del modelo lingüístico, se puede llegar a condicionar la integración social y laboral del colectivo inmigrante en Euskal Herria?
Hay argumentos para pensar que puede hipotecarse el futuro de los inmigrantes. Uno de ellos es que la existencia de los modelos, en la práctica, supone que un 80% acuda al modelo A en castellano porque en principio les resulta más sencillo y cómodo, una realidad a la que se añade la propia necesidad que tienen muchos centros de este tipo de alumnado para subsistir, tanto públicos como privados. El resultado final es que los alumnos se concentran de una manera exagerada en el modelo A, lo que está dando lugar a guetos socieconómicos que no favorecen en nada la integración. En el futuro, tanto inmigrantes como autóctonos no van a tener muchas posibilidades de encontrar empleo si no saben euskera. Los modelos lingüísticos están suponiendo una desintegración del alumnado porque se va escolarizando a los alumnos de modo estanco, y aún más en el caso de los inmigrantes, que tienen a concentrarse en el modelo A.
Gipuzkoa, en cualquier caso, presenta el mapa educativo más equitativo.
Sí, pero también anda por el 60%. Soy consciente de que harán falta años, pero con el sistema actual llevamos ya 25. Es hora de ensayar otro sistema como el que defiendo, que sí puede ser una vía par homogeneizar el panorama. De momento, lo único que se está haciendo es dividir ya en origen a los alumnos entre quienes van a ser vascófonos y los que no. A mi juicio es un grave problema que vive este país y, de hecho, he comprobado tanto en centros de Primaria como de Secundaria que entre los alumnos del modelo A y D, incluso del B y D, no tienen relaciones suficientemente armoniosas a pesar de convivir en el mismo centro. La existencia de los modelos tiene en sí un efecto segregador y, además, no aprenden euskera.
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