Albañiles, panaderos, peones agrícolas, pastores, electricistas, deportistas, médicos, sepultureros y hasta pilotos de buques mercantes son algunos de los oficios y profesiones incluidas en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura elaborado por el INEM (Instituto Nacional de Empleo), lo que abre la puerta a que el empresario cubra las vacantes contratando a 92.000 trabajadores extranjeros en su lugar de origen.

El catálogo contiene las ocupaciones en las que los Servicios Públicos de Empleo han encontrado dificultad para gestionar las ofertas que los empleadores les presentan cuando quieren cubrir puestos de trabajo vacantes.

Cuando una ocupación figura en el catálogo, el empleador tiene la opción de tramitar directamente la autorización para que pueda residir y laborar un trabajador extranjero, sin que presente una oferta de trabajo en los servicios públicos de empleo.

Las necesidades de las provincias españolas son muy variadas. En 30 de ellas, hacen falta cocineros, albañiles, camareros, plomeros y panaderos. Sin embargo, los requerimientos también son de profesionales con educación superior. Es el caso de Fuerteventura, en el archipiélago canario, donde se precisa de médicos generales, cardiólogos, nefrólogos, oncólogos y especialistas en nutrición.

De igual forma, en Barcelona en la que residen unos 90.000 ecuatorianos es palpable la urgencia de médicos generales, pilotos de buques mercantes, mecánicos navales, pero también de albañiles, plomeros, conductores de camión, cerrajeros, entre otros.

Como curiosidad, varias provincias han solicitado deportistas y entrenadores y en Córdoba, concretamente, no pueden ser cubiertas las vacantes para sepultureros.

Según el INEM, la contratación basada en el catálogo es nominal. Es decir que el empleador solicita un trabajador extranjero concreto, con su nombre y apellidos.
Se calcula que por este sistema pueden llegar unos 92.000 extranjeros a España en el 2.007 de acuerdo con previsiones del gobierno español.

Un contrato en origen vía contingente permite la contratación programada de trabajadores, que no se hallen ni residan en España, para desempeñar empleos con vocación de estabilidad y que serán seleccionados en sus países de origen a partir de las ofertas genéricas presentadas por los empresarios.

A todos estos hay que añadir la contratación de 61.000 temporeros a lo largo de este 2007 para campañas de recolección de la fruta.