?os socialistas españoles están dispuestos a establecer un «cordón sanitario» que aísle al nuevo grupo que pretenden formar en la Eurocámara varios eurodiputados de ultraderecha, cuyo número se ha incrementado tras la incorporación de congresistas de esa tendencia de Rumanía y Bulgaria.


«Las reglas de la democracia permiten que la ultraderecha esté en el Parlamento Europeo, pero la democracia también tiene mecanismos para que nos defendamos y vamos a utilizarlos», aseguró ayer Elena Valenciano, portavoz adjunta de la delegación socialista española en la Eurocámara.


La propuesta para impedir que la ultraderecha opte a cargos de relevancia en el pleno y las comisiones del Parlamento Europeo partió del presidente del Grupo Socialista, el alemán Martin Schulz, quien anunció que ofrecerá al resto de grupos un acuerdo para que todos se comprometan a no pactar con Identidad, Tradición y Soberanía. Esa formación, que pretenden constituir veinte eurodiputados de siete países, estará presidida por el francés Bruno Gollnisch, del Frente Nacional, la formación de Jean Marie Le Pen. El concepto de «cordón sanitario» surgió en Bélgica para aislar a Interés Flamenco, partido ultranacionalista, racista y xenófobo que formará parte del nuevo grupo del Parlamento Europeo.