Hace algunos años, la imagen de una pizarra con caligrafía árabe en un colegio malagueño podría resultar chocante. Hoy en día, esta escena se puede ver en casi una treintena de centros educativos de la provincia.

Málaga lidera las peticiones en Andalucía para estudiar clases de islam en colegios públicos; muchas familias de origen árabe se han asentado ya en todo el litoral malagueño, y sus hijos reclaman una formación académica acorde con su cultura y creencias. Por eso, los colegios malagueños son un ejemplo de integración de esta religión en el sistema educativo. Pero es una realidad social y demográfica que se extiende por todo el país: según los datos del Ministerio de Educación, el número de alumnos extranjeros matriculados en las aulas españolas se ha multiplicado por ocho en diez años.

Movilidad

En Málaga, un millar de estudiantes han solicitado este año cursar la asignatura de Islam, para la que hay cinco profesores en toda la provincia (uno más que el pasado año). Este reducido número provoca que los docentes expertos en esta materia se repartan los colegios por zonas y tengan que hacer muchos kilómetros a lo largo de la semana para atender a todos los escolares.

Las clases sirven para que los estudiantes empiecen a familiarizarse con los valores y pilares que sustentan el islamismo. Muchos profesores también dan algunas nociones básicas de árabe, imprescindibles para la lectura del Corán. Los centros que ofertan esta asignatura destacan la convivencia de los alumnos y el enriquecimiento de su educación.

Docentes

La asignatura de Religión islámica está formalizada en España gracias a un convenio que firmó el Estado en 1992 con la Comisión Islámica (órgano representativo del Islam ante el Estado Español). Esta falta de docentes ha provocado que la Comisión Islámica haya solicitado en varias ocasiones al Ministerio de Educación y Ciencia una veintena de profesores más de religión. Este aumento tiene como objetivo extender la enseñanza a Canarias, País Vasco y Cantabria y reforzarla en Aragón y Andalucía, prioritariamente, y en Ceuta y Melilla. Los docentes de Islam en las escuelas públicas deben tener un título universitario, preferentemente de Magisterio, cursado en España, haber recibido un curso sobre la Constitución y el ordenamiento jurídico español y hablar castellano, según la Comisión Islámica en España.