Rumanos y búlgaros copan la mayoría de citas en la oficina de Extranjería
Diario de Navarra, 11-01-2007Rumanos y búlgaros copan la mayoría de citas en la oficina de Extranjería
Tras la entrada el 1 de enero en la UE, acuden a pedir la residencia comunitaria
La entrada de Bulgaria y Rumania en la Unión Europea (UE) beneficia a las en torno a 6.500 personas originarias de estos países que residen actualmente en Navarra. Desde el 1 de enero se establece para ellas la libre circulación en la Europa de los 27. Podrán residir en cualquier estado miembro. Sin embargo, a excepción de en Suecia y Finlandia, la libre circulación de estos trabajadores no se establecerá hasta dentro de dos años. A las oficinas de Extranjería de Pamplona se acercaron ayer decenas de rumanos y búlgaros. El objetivo era, para quienes ya tenían permiso de trabajo, transformarlo en comunitario (válido para toda la UE y actividad), y para quienes estaban irregulares, lograr la residencia.
MARTÍN RUIZ. PAMPLONA.
Desde las cinco de la mañana, decenas de extranjeros que desean obtener sus papeles esperan en la calle Pascual Madoz de Pamplona. Para las ocho, cuando las puertas de la oficina de la Brigada de Extranjería están a punto de abrir, el final de la fila se aproxima a la calle Media Luna, a casi 60 metros del local.
La mayoría de las 120 personas que aguardaban ayer a que se repartieran los 65 números de cita previa eran búlgaros y rumanos. Desde que su país entró en la UE, su interés por adecuar el permiso de residencia a su nuevo estatus de ciudadanos comunitarios se deja notar cada día frente a la oficina de Pascual Madoz.
«Estamos muy contentos, hemos mejorado bastante, nuestro hijo ya tiene papeles», aseguraban Renklten Beytulova, de 29 años, y su marido Beytula Beytulov, de 31. Al mediodía, salían ambos de la oficina de Extranjería de Pamplona tras solicitar el NIE (documento similar al DNI para extranjeros) de su hijo, Berkin Beytulov, de seis años.
La familia reside en Navarra desde hace 3 años y la entrada de su país, Bulgaria, en la UE no cambia su estatus. El matrimonio trabaja desde hace cuatro meses en Caceco, una fábrica de piensos de Tajonar, y ya poseía el permiso comunitario.
Otros no se mostraban ayer tan satisfechos. Desde antes de que amaneciera, Ienea Cristina, rumana de 24 años aguardaba en la fila. «He venido algo después de las seis», aseguraba. Y logró coger número de cita para el día «por poco».
«Un ligero incremento»
En la jornada anterior, Cristina también madrugó para acudir a la oficina, pero no lo suficiente como para ser una de las 65 personas atendidas. «Más de la mitad de la gente se queda cada día sin poder hacer los trámites, creo que tendrían que poner más personal», observa. La escasa atención hace que cada día «tenemos que madrugar más».
Fuentes de Extranjería admiten que en los últimos días «se ha notado un ligero incremento en la solicitud de tramitación en general, que pudiera deberse a estos dos colectivos, pero no es destacable».
Sin embargo, desde principios de 2007, los números a repartir para la atención en la primera cita se agotan cada jornada en unos 10 minutos. Se reparten todos entre las 8.15 horas y las 8.25.
Hace dos semanas, todavía era posible coger un número al mediodía.
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