Noches al raso a cambio de «papeles»
Cientos de rumanos y búlgaros se agolpan frente a una comisaría madrileña
La Razón, 10-01-2007MADRID – En Rumanía no se hacen ilusiones. Saben, como declaraba su
presidente hace poco, que la progresiva integración en la UE no va a ser
«un milagro», sino un «proceso gradual». En la «Rumanía» española (unos
400.000 inmigrantes, muchos de ellos trabajando de forma irregular), sin
embargo, quieren el milagro y lo quieren ya. Y la mayor parte de ellos
residen en la Comunidad de Madrid (130.000 a enero de 2006, sólo superados
por los ecuatorianos).
Para comprobarlo basta con echar un vistazo a
la multitud de – no sólo rumanos, también búlgaros – que desde el día dos
atesta la céntrica calle de General Pardiñas y sus inmediaciones. Allí se
encuentra la Comisaría General de Extranjería, donde deben entregar los
formularios que son la vía para su legalización como trabajadores por
cuenta ajena en España. Colas inteminables dan la vuelta a la manzana a la
espera de lo que llevan años buscando. El problema, como de costumbre en
estos casos, es la falta de información por parte del Gobierno. Muchos no
saben lo que necesitan exactamente o no son conscientes de los privilegios
y restricciones exactos que implica la adhesión de su país a la UE.
Colas y desmayos
Hasta antesdeayer no se repartieron
folletos explicativos de la situación escritos en rumano. Finalmente, se
personó también un interprete, que ha hecho un poco más fluida la relación
entre la masa de gente y los funcionarios encargados de atenderles.
Los momentos de tensión, sin embargo, no han faltado. Gente que espera
en las gruesas colas sin comer ni dormir ha sufrido desmayos y ha habido
algún que otro conato de trifulca con la Policía Nacional, que intenta
mantener el orden en la zona. La situación, a grandes rasgos, es la
siguiente: cualquiera que se presente puede regularizar su situación
adquiriendo la tarjeta de régimen comunitario, que permite estar
legalmente en nuestro país. Sin embargo, aún teniendo la tarjeta, el
estado español mantiene una moratoria de dos años (hasta 2009)para el
libre tráfico de trabajadores por cuenta ajena. Es decir, todavía se
necesita una autorización especial para tener un empleo asalariado en
España.
Lo demás es ya libre: la residencia es ya completamente
legal; los decretos de expulsión incoados por residencia irregular en
España se van a revocar (excepto, claro, aquellos cuya causa sea de orden
público). Por último, el mecanismo de la «reagrupación familiar» ha dejado
de tener sentido, pasando a usarse el procedimiento normal que usan los
países de la Comunidad para estas situaciones.
Otro de los
errores comunes entre los que se agolpaban a las puertas de la comisaría
era pensar que existían cupos para la legalización, lo que las autoridades
se encargaron oportunamente de desmentir. Era un bulo.
Autónomos
En las limitaciones del Tratado de Adhesión, además, no están incluidos,
además, los trabajadores autónomos. De este modo, rumanos y búlgaros
podrán ser autónomos sin más trámites que los habituales: cursar su alta
en la Seguridad Social directamente con su pasaporte .
En todo caso,
el hecho es que pese a todas estas ventajas, los rumanos de la Comunidad
están mayormente contratados por cuenta ajena, muchos de ellos de manera
irregular. Y son multitud. En Alcalá de Henares hay unos 30.000. En
Coslada 9.000. Desde la Unión Hispano – Rumana de Alcalá, se explicó que a
la prensa que debido a que la política de inmigración es administrada por
tres ministerios (Trabajo, Interior y Administraciones Públicas) se está
registrando un «desfase» en las autorizaciones, y que la solución de los
expedientes puede durar hasta nueve meses.
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