El Centro de Acción Laboral y Asesoría Sindical (CILAS) de México afirmó hoy en un diagnóstico sobre empleo, que la opción ante la falta de trabajo y la pobreza en 2007 será una elevada ola migratoria.

La institución advirtió en su informe que de continuar las actuales condiciones la prometida generación de trabajo será un compromiso incumplido, pues la previsión es que 56 por ciento de las plazas tendrán un salario inferior a 1,7 jornales mínimos.

Ante esa realidad la alternativa para muchos mexicanos será salir del país en busca de oportunidades, pues al igual que las dos anteriores administraciones federales, la actual parece basar sus logros en materia de pobreza en las remesas, destaca el CILAS.

Tales ingresos constituyen la segunda fuente de divisas del país, que el pasado año ascendieron a 24 mil millones de dólares, después de las entradas por las ventas de petróleo.

Según las consideraciones de esa institución, para que el gobierno de Felipe Calderón obtenga buenos resultados en el abatimiento a la pobreza, dependerá en más de un 70 por ciento de la suerte de los mexicanos en Estados Unidos.

Los avances, apunta el documento, estarán sujetos al incremento de las reservas enviadas, pues éstas continuarán siendo la base del desarrollo en las comunidades rurales.

El estudio detalla que durante los sexenios de Ernesto Zedillo y Vicente Fox aumentó la migración de mexicanos dentro y fuera del territorio nacional, con un flujo de poco menos de 30 mil por año en los años 60 a 360 mil en la década de los 90.

También indica que mientras la población nacida en México y de origen mexicano en Estados Unidos ascendía en 2000 a unos 23 millones, a mediados del pasado año superaba los 27 millones.

Entre tanto, la Red Nacional Pro Derechos Inmigrantes y Refugiados denunció que la creciente militarización y control migratorio en la frontera entre México y Estados Unidos provocan una profunda crisis humanitaria y de violación permanente a los derechos humanos.

Como resultado de una investigación se afirma que las políticas de seguridad fronteriza alcanzan a los residentes en las comunidades limítrofes, quienes son arrestados por perfil racial y otras arbitrariedades estatales y locales.

En sus conclusiones el documento señala que los migrantes son vulnerables a la fuerza y abuso de agentes de la Patrulla Fronteriza, policías, traficantes, empleadores y otros sujetos sin escrúpulos que se aprovechan de su carencia de garantías y protección.