Ricardo Cajas, quien esta semana finalizará su gestión de cuatro años como comisionado presidencial contra la Discriminación y el Racismo, asegura que la exclusión sigue siendo “muy profunda” en el país y el Gobierno, aunque ve positivo que, al menos, ya se debate.

Cajas, quien inició su trabajo en ese cargo en 2002, afirmó que hay algunos avances en la materia, aunque los resultados se verán en el largo plazo.

¿Sigue latente la discriminación en Guatemala?

Es muy profunda, es una cuestión histórica, se da a todo nivel. Incluso, dentro del Gobierno, en una ocasión denuncié que la Comisión era discriminada; las instituciones del Estado tienen estructuras racistas.

Debemos entender que la discriminación no es un problema sólo de los pueblos indígenas, sino de toda la sociedad, ya que limita el desarrollo y el crecimiento económico.

¿Cree que ha habido algún cambio en estos cuatro años?

Se ha avanzado. Aunque la discriminación en sí no ha disminuido, al menos ya se debate, ya no es un tema tabú. Hasta el Gobierno ha reconocido que hay racismo en la política.

Ahora los partidos políticos deben pensar en la inclusión. Existe una política pública en el tema, entre otros.

Tal vez no se note ahora, pero se marcó el inicio de un pluralismo ampliado.

¿Se ha incrementado la participación de los indígenas en el Gobierno?

Hay participación, pero es marginal, no en puestos de toma de decisión. No dudo de la voluntad del Gobierno para dar mayores espacios, pero se utilizan los mismos códigos para todos, y eso no puede funcionar.

Además, los pueblos indígenas tenemos poco conocimiento del Estado, ya que nunca hemos participado del poder.

¿Qué debe hacerse para combatir la discriminación?

Se debe educar sin prejuicios, ya que es en el hogar y en la escuela donde inicia el racismo y la exclusión.

También, fortalecer instituciones como Codisra (Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo), dotándolas de presupuesto suficiente. Hay que dar un salto cualitativo en ese sentido.

Y es importante, además, dar continuidad a los programas que se han desarrollado para cambiar ese pensamiento racista en el país, sin importar el partido que esté en el Gobierno.

¿Cuáles serán los retos de quien lo suceda en el cargo?

Es necesario sentar las bases para que la lucha contra la discriminación sea un proceso irreversible. La política contra el racismo tiene que convertirse en una realidad, y contar con el apoyo de todos. Lo más importante será pensar a largo plazo.