Víctor, James y John, los tres polizones de Ghana que llegaron el día de Reyes a Vigo, se fugaron ayer tarde del albergue que mantienen en el barrio de Teis los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres. Al mediodía habían sido conducidos allí por agentes del Cuerpo Nacional de Policía tras recibir el alta médica en el Hospital Xeral.


Supuestamente se trataba de una etapa de varios días hasta que la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra concluyera el expediente de repatriación que ya estaba en marcha. Su objetivo era devolverlos a su país de origen, supuestamente Ghana, de acuerdo con su versión, aunque abordaron el barco que los trajo a Vigo en un puerto del vecino Costa de Marfil.


Fuentes policiales insistían antes de conocer la evasión en que iban a contar con todas las garantías que establece la legislación española. El objetivo de los agentes de Extranjería era aclarar cuál era realmente su país de origen en el supuesto de que optaran por solicitar asilo, petición que no llegaron a formular ante las autoridades.


En medios policiales se tenía la certeza de que se trataba de tres personas mayores de edad, aunque uno insistía en su calidad de menor.


En casos como el de Vigo lo habitual es que los polizones no lleguen a pisar tierra, a fin de que salgan en el mismo barco donde han sido descubiertos. Esta vez se quebró la norma para que recibieran asistencia médica dado su lamentable estado. No obstante, se recuperaron con rapidez y a las once de la mañana de ayer abandonaban el centro sanitario donde estuvieron un día.


Nada más llegar al albergue recibieron ropa limpia una vez duchados, afeitados y con el pelo recién cortado. También hicieron en este centro de acogida la comida del mediodía y los porteros recibieron instrucciones para que no abandonaran en el centro.


Según su responsable, el hermano Donaire, «todo hace indicar que aprovecharon el momento en el que fuimos a rezar vísperas, algo que sin duda tenían planeado». Al religioso le explicaron que buscaban en España una oportunidad y trabajo. «Dos dijeron que eran futbolistas, lo que quizás explique la rapidez de su recuperación física», explica Donaire.