BERLÍN. DV. Aunque la presidencia rotativa de la Unión Europea sólo dura seis meses, Alemania se ha propuesto en ese plazo revivir el moribundo Tratado Constitucional y llevar la paz a Oriente Próximo. Ayer, la ministra de Justicia, Brigitte Zypries, anunció otra meta no menos ambiciosa de la presidencia germana: Berlín desea que la negación del holocausto judío y otros crímenes contra la humanidad se conviertan en delitos en todos los países de la UE. Durante la presentación del programa del Ministerio de Justicia para la presidencia, Zypries anunció que buscará reanudar las negociaciones para alcanzar un acuerdo básico que permita combatir con éxito el racismo y la xenofobia. Las negociaciones quedaron archivadas a causa del bloqueo que impuso el Gobierno Berlusconi cuando Italia ocupó la presidencia.

«Nos preocupa el aumento de la actividad de los radicales de ultraderecha en Europa», dijo la ministra al justificar el proyecto. «Por eso, queremos poner en marcha una iniciativa que permita tener estándares únicos en la lucha contra el extremismo de ultraderecha», añadió.

Alemania desea utilizar la presidencia para obtener una armonización mínima de la legislación penal, que permita castigar los delitos relacionados con el nazismo y, en especial, las declaraciones racistas o xenófobas, como son la incitación a la violencia y al odio o la negación de genocidios como el holocausto. La ministra anunció que intentará también reforzar la comunicación de los organismos judiciales europeos para facilitar el intercambio de información, como el que practican actualmente Alemania, Francia, España y Bélgica, y que hace posible enviar por correo electrónico información almacenada en los archivos de las fiscalías de los cuatro países.