Vuelven a atacar a la canaria agredida por llevar 'hiyab'

El Mundo, 09-01-2007

«Mora de mierda, yo sí te voy a echar de aquí». Así fue recibida Zoraya ayer nuevamente en plena calle de su barrio, en Santa Cruz de Tenerife. Una mujer se volvió a abalanzar sobre ella y la arañó por todo el cuerpo.


Ya hay dos vecinas que tienen una orden de alejamiento de Zoraya, que fue agredida en dos ocasiones anteriores por motivos similares. El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Cruz de Tenerife dictó una resolución judicial con esta medida el 29 de diciembre de 2006. Según el abogado de Zoraya, Francisco Tray, se han interpuesto varias denuncias por racismo y xenofobia, por opresión a creencias religiosas y lesiones.


Son tres mujeres y una menor las que agraden a Zoraya. En la anterior ocasión le colocaron una correa en el cuello. «Mientras, me gritaban ‘mora de mierda y terrorista’», relató a EL MUNDO la propia víctima, de 29 años.


Su único delito es llevar un hiyab – un pañuelo en la cabeza – , desde que, a los 16 años, se convirtió al islam.


«Estoy siendo víctima de brotes de racismo y xenofobia en nuestro país, y digo nuestro país porque soy española. Hace tres años que vivo en este barrio y soporto constantes insultos en la calle. ‘Mándate a mudar’ es la frase más amable que me dicen, por eso salgo a la luz pública para que todos se enteren y, si hay alguien en mi misma situación, que no se deje amedrentar». «Sólo quiero que esto acabe cuanto antes y que no vaya a más», añadió.


El hecho fue dado a conocer ayer por el portavoz del colectivo Queda La Palabra de Tenerife, Eloy Cuadra, para quien la inmigración «se relaciona injustamente con delincuencia, paro, prostitución, pérdida de identidad o el colapso de la sanidad, entre otros asuntos».


Queda La Palabra remitió varios escritos al Parlamento canario, al Ayuntamiento de Santa Cruz, al Diputado del Común y a los juzgados que llevan el caso con el fin de que se adopten las medidas oportunas «para acabar con estos brotes xenófobos y racistas».


«Pero la realidad, a tenor de lo que ha sucedido, parece no tener visos de remitir, sino más bien todo lo contrario», manifestó Cuadra, que denunció «el ambiente social que se respira en Canarias, y especialmente en Tenerife, producto del último año vivido en torno al fenómeno migratorio y el erróneo tratamiento político que se le ha dado».


Sin ir más lejos, contó Cuadra, hay un residente canario de raza árabe y musulmán al que, por vivir en un edificio donde todos son nacionales excepto él, se le está haciendo la vida imposible, con incesantes insultos racistas y variadas amenazas que lo instigan a dejar su vivienda a toda costa, sin que encuentre ayuda ni protección por parte de nadie.

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